Heiner Mora, defensa del Saprissa, se ganó las críticas de medio mundo por salir expulsado en la final del domingo, contra el Herediano, al minuto 28.
Mora agarró del hombro izquierdo al volante florense Rándall Azoefifa, le mandó una patada en la pierna derecha y cuando el rojiamarillo estaba en el suelo, lo majó en la parte interna del muslo.
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Como si eso fuera poco, cuando Azo se puso de pie, le mandó un cabezazo en la cara, por lo que el central Ricardo Montero le mostró la roja directa.
Curiosamente, luego del triunfo en penales de los tibaseños y la obtención del campeonato 34 de la historia saprissista, Mora dio su versión de la jugada y dejó clarísimo no ser un mala leche.
Comentó que fue por las ganas y ansias de ganar fue que pisó sin culpa a Rándall y que cuando se paró para disculparse, Azofeifa venía de una forma brusca.
“Yo nada más me quedé parado, él chocó conmigo, se tiró y el árbitro decidió expulsarme. No soy mala leche, jamás soy así y hoy (domingo) pasó una situación que nunca la había vivido, lo que me queda es celebrar”, indicó.
Al "Titi", como le dicen los amigos, le correspondió sufrir en el camerino viendo cómo la mejenga se iba hasta los tiempos extra y los penales, tras un aburrido cero a cero, y en la definición desde los once pasos, Saprissa logró ganar 4-3.
"En el camerino (vio el juego), estaba sentado con uno de los utileros y gracias a ellos que me estaban apoyando y dando fuerzas. Estaba muy tenso, estresado, pero sabía que había con qué sacar hoy (domingo el campeonato).
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"(Salí con) un sinsabor, pero agradecido con mis compañeros que dieron el máximo esfuerzo para sacar adelante el compromiso y poder alzar la copa", añadió el morado.
Mora dijo que la obtención del título, pese a su expulsión, demuestra la familia que existe en la casa morada.
Indicó que al medio tiempo, cuando él estaba sentado solo en una zona del camerino, su compañero Jonathan Moya llegó a darle apoyo.
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"Dijo (Moya) que iba a entrar a dar lo mejor de él, a anotar y que me lo iba a dedicar a mí. Sabía que era un error que lo puede cometer cualquiera, que la copa la íbamos a alzar todos juntos", concluyó Heiner.