Senegal es la escuadra africana que llega al Mundial 2014 para deslumbrar en Rusia. Para eso apela a un buen recuerdo, como el que vivió en la Copa del Mundo Corea/Japón 2002, cuando arrancó un triunfo sorpresivo contra el campeón defensor Francia
Cuando el trofeo del Mundial fue llevado a Senegal como parte de una gira de promoción, el presidente del país Macky Sall experimentó fugazmente la sensación que viven los campeones. Se dirigió al seleccionador nacional Aliou Cisse, y le manifestó su deseo de ganar la copa algún día.
“No pasará mucho tiempo” , dijo optimista el mandatario. Menuda presión para un equipo que se aventurará apenas en su segundo Mundial.
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En 2002, una selección senegalesa conformada por desconocidos, llegó hasta los cuartos de final.
Trío lleno de magia y goles.
El equipo de esta justa presenta rostros mucho más reconocibles, empezando por el de Sadio Mané, delantero del Liverpool; Keita Balde, del Mónaco; y Kalidou Koulibaly, del Napoli.
Se trata de un plantel cosmopolita, con experiencia en todos los rincones de Europa. En contraste, la plantilla de 2002 militaba casi en su totalidad en el fútbol francés.
Un país con tanto talento debería clasificarse con más frecuencia al Mundial. Los propios senegaleses pensaron que así sería tras el exitoso debut de hace 16 años, donde el equipo nacional rebosó audacia en juego y al festejar sus goles.
Después del triunfo sobre Francia, se declaró una fiesta nacional. Aquella figura todavía entre las mejores actuaciones de una selección africana en un Mundial, junto con la de Camerún en 1990 y Ghana en 2010.
Ni cameruneses ni ghaneses, que llegaron a cuartos de final en aquellos mundiales, jugarán en Rusia.
El ayuno durante el Ramadán representaría un desafío para los senegaleses, muchos de los cuales son musulmanes, incluido Mané. El mes santo concluye unos días antes del primer partido del Mundial.
Técnico mundialista.
Uno de los aspectos que más motiva a esta selección, es que su técnico Aliou Cisse fue el capitán de aquel equipo de 2002. Vivirá una nueva aventura mundialista, ahora desde el banco. El entrenador podría ganar incluso más aprecio.
Bruno Metsu, el francés que dirigió a Senegal en 2002, era reverenciado en el país, a tal grado que su imagen está en un muro de la fama en la Place du Souvenir African, que se encuentra en Dakar. En el muro aparecen las efigies de otros africanos notables, incluido Nelson Mandela.
Metsu murió de cáncer en 2013 y está sepultado en esta ciudad. Pero Cisse ha buscado moderar las expectativas.
El portero Khadim Ndiaye es la primera opción de Cisse en el arco. Es de los pocos que juegan en África, con el Horoya de Guinea, y a sus 33 años el más experimentado de los arqueros.
El central Koulibaly es el titán defensivo de Senegal. Distintos rumores apuntan a que se mudará del Napoli al Barcelona o al Chelsea.
Media y ataque de corte inglés.
La media cancha de Senegal tiene un notorio toque inglés.
Su capitán es Cheikhou Kouyate, de West Ham, a quien se le compara con Patrick Vieira. Otro titular probable es idrissa Gana Gueye, del Everton.
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En el ataque todas las oraciones son para Sadio Mané, el ídolo de esta divisa.
Senegal comenzará el 19 de junio enfrentando a Polonia. Tiene cita el 24 ante Japón y con Colombia el 28.