El fútbol nacional y su irregularidad quedaron retratados en lo que pasó este domingo entre el Municipal Grecia y el Puntarenas FC, cuando los locales se sonaron 4-0 a los chuchequeros.
Las panteras llegaron al duelo sin triunfos en seis mejengas, estrenando técnico debido a los malos resultados y ante un rival que sumaba dos grandes victorias en la última semana.
En la cancha, nada de eso valió porque los occidentales de principio a fin fueron mejores, hicieron con el Puerto lo que quisieron y en 27 minutos ya los estaban goleando, eso lo dice todo.
Hablamos de irregularidad porque apenas el miércoles, eran ellos los que al inicio del juego se comieron tres pepinos, pero en tan solo cinco días se pusieron del otro lado de la tortilla.
Johan Bonilla con un derechazo desde fuera del área, a los 14 minutos, abrió la lata. Bonilla se llevó la pecosa casi desde la media cancha y liquidó en un gol con una dedicatoria especial según dijo: “va para mis abuelitos que están en el cielo”.
Rápido cayó el otro bombazo, un penal que se jaló el arquero Guido Jiménez sobre Jaidvert Hurtado, el cual Jean Carlo Agüero cambió por gol a los 18 con un toquecito de derecha engañando al meta.
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Grecia era un tren que no se detenía, que pasaba por encima de un pelícano que no se apartó de las vías y le pasó por encima cuando a los 27 minutos cayó el tercero, el de Fernando Lesme, cerrando abajo del marco luego de un gran pase de Hurtado.
En muy poco tiempo el partido quedó liquidado porque el Puerto nunca reaccionó, se resignó a la goleada y más bien en el tiempo de reposición, a los 92, le cayó la puntilla, cuando Enyel Escoe también apareció abajo del marco para cerrar y poner el 4-0 en un debut de ensueño para el técnico José Araya.