El Barcelona cayó en una de sus peores mejengas del actual torneo 2-0 en casa del recién ascendido Granada, que alcanzó el liderato de la Liga, este sábado, durante el inicio de la quinta jornada.
Impotente en Los Cármenes, a pesar de la entrada de Lionel Messi y de la sensación de 16 años, Ansu Fati para el Barcelona tras el descanso, el Granada se impuso con goles de Ramón Azeez (2) y Álvaro Vadillo (66), tras un penal cometido por Arturo Vidal, que tocó la pecosa con la mano.
El Barcelona sufrió su segunda derrota en cinco partidos, un balance muy negativo, sobre todo que solo perdió cuatro partidos en las dos temporadas anteriores, las primeras con Ernesto Valverde en el banquillo.
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Más allá de la derrota, que es preocupante, lo peor es la sensación de que este Barça es un equipo exprimido, agotado y que ya no compite ni impone respeto. El Granada ganó con autoridad ante la desidia de un conjunto sin norte y sin un líder que sacuda a sus compañeros. Y lo peor de todo es que a nadie lo toma por sorpresa este desastre que lleva tiempo cocinándose.
El desastre barcelonista fue inversamente proporcional al enorme partido de los dirigidos por Diego Martínez, que superaron a las estrellas blaugranas de cabo a rabo. En el universo barcelonista únicamente Ansu Fati, que ingresó en la segunda parte, demostró algo de amor propio.
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