El partido más importante en la vida de Gerson Torres, jugador del Herediano, no es con el Team, sino junto con su familia.
El volante rojiamarilo tiene un hermano con problemas de drogas y dice que por más que lo han llevado a rehabilitación varias veces, al tiempo vuelve a caer.
El florense conversó con La Teja de lo orgulloso que se siente de su familia, de sus raíces, de sus orígenes en el Team y hasta de las ofertas que tiene en el exterior.
-¿De dónde es originario usted?
De La Milpa de Heredia (Guararí), me queda cerquísima el estadio. Actualmente vivo acá.
-¿Cuántos hermanos tiene y de dónde son sus padres?
Mi papá es de Nicoya y mi mamá de Pérez Zeledóm. Acá, a mi mamá le dieron un bono y nos pasamos a vivir a La Milpa y tengo cuatro hermanos. Soy el menor de todos.
-¿Usted se crió en Guararí?
Me crié aquí, cuando a mi mamá le dieron la casa, primero le dieron un ranchito, como que mis primeros cuatro años viví en un ranchito hasta que a mi mamá le dieron la casa y nos pasamos.
- Al salir de un lugar tan estigmatizado, ¿se considera un ejemplo a seguir por muchos jóvenes de ese lugar?
Me gusta mucho haber salido de allí. Significa que me cuestan las cosas, no me las regalan. A veces ando por acá y me saludan, otra gente no, me ven de otra manera. Sé que para muchos jóvenes es un ejemplo el salir de acá. No me da vergüenza decir que salí de acá. Me siento orgulloso, pocos pueden agarrar esos rumbos, yo que jugué en el barrio, en las calles, sé que hay amigos con mucho talento y tal vez lo desperdiciaron por otras cosas.
-¿Le ha tocado escuchar alguna balacera, ver un pleito por drogas...?
Sí, me ha tocado estar, de hecho tengo un hermano mayor que tiene problemas de drogas, entonces me han llamado porque le hicieron algún daño, como una vez que lo apuñalaron. Me ha tocado ir a buscarlo, son muchos años acá y siempre es ese problema. Ya no me afecta tanto.
-¿A su hermano le han buscado ayuda, rehabilitación?
Sí, claro, mi mamá, mi papá, mis hermanos. Va a rehabilitación, se recompone y vuelve a caer.
-¿Qué se necesita para lidiar con una situación familiar así?
Es bien complicado, hay que tener paciencia. Es difícil, en su momento llegan, te roban cosas, algunas que dan cólera, pero al final es mi hermano. Uno lo quiere y se debe tener fe de que va a cambiar en algún momento, con es mi hermano sé que es difícil, pero le puedo decir a la gente que tengan fe y paciencia. A nosotros nos ha costado mucho, mamá lleva quince años en eso, le tiene un cuarto y demás cosas, entonces lo que uno debe tener es paciencia y fe.
-¿Cómo fue que usted llegó al Herediano?
Mi papá siempre fue aficionado al Herediano, me acuerdo que cuando entré a primero me dijo que me iba a llevar a la escuela de fútbol de Heredia, en San Joaquín de Flores y empecé a entrenar. Como hasta los doce años, que Herediano tuvo problemas económicos y había que comprar todo, a mi mamá y a mi papá se les dificultaba y me fui para Belén.
-Usted se fue muy joven para México, ¿cómo fue esa experiencia?
En Necaxa había renovado dos años y tenía garantizado cierto tiempo y en pretemporada me fui con unos amigos a jugar bola y todo se vino abajo. Por fiebre, no estaba ni de jugador (se puso a atajar), en una jugada salí, me pegaron una patada toda singracia y empecé a renquear. Me quebraron un dedo.
-Entiendo que tuvo chance de vincularse al fútbol de Uruguay, ¿cómo va eso?
Sí, de hecho está (la oportunidad), simplemente estamos esperando otras opciones, todavía me llaman o me escriben, es algo que tengo que analizar bien, no es una liga tan reconocida. Lo tengo como en espera.
-¿Cuál equipo es?
Son varios, en cada torneo me dicen un equipo diferente. Estamos esperando.
-¿Por qué lo llaman tanto de allí?, ¿cuál es su vínculo con Uruguay?
- Mis representantes son uruguayos.