Escuchar
En tiempos donde más de uno saca pecho diciendo que el fútbol de Costa Rica es el mejor del área y hasta le puede competir a Concacaf, vimos un hecho vergonzoso el miércoles por la tarde en el juego entre La U- Universitarios y Alajuelense.
Las instalaciones del estadio Carlos Alvarado, de Santa Bárbara, fueron la sede del choque de primera división ganado por los manudos ,2 a 1, en un terreno de juego seco, con partes sin gramilla y donde los jugadores de ambos equipos corrían peligro de lesionarse en cualquier momento.
Y ni hablar del banco de suplentes que recibió a los dos cuerpos técnicos, pues estaban destechados, no tenían puesta ni siquiera una lona y eso hizo que el entrenador manudo, Andrés Carevic ,tuviera que pedir una botella de bloqueador para cubrirse la cabeza y los brazos y evitar así las quemaduras del fuerte sol que hizo ese día.
Este fue el segundo partido jugado ahí, después de que Cartaginés lo hiciera el pasado domingo 12 de enero, día en el que los futbolistas y el técnico Hernán Medford se quejaron del pésimo estado de la gramilla.
LEA MÁS: Leonel Moreira defenderá la portería de Alajuelense
