Los miles de aficionados de River Plate estaban a segundos de celebrar el bicampeonato cuando ‘Gabigol’ apareció en el Estadio Monumental de Lima, anotando dos goles en tres minutos y le dio al Flamengo de Brasil su segunda Copa Libertadores.
La barra argentina no lo podía creer y enmudeció en las graderías, mientras los brasileños, que habían sufrido 75 minutos, sacaron la voz para celebrar un título conquistado de modo agónico gracias al talento de Gabriel Barbosa.
“Sólo quiero agradecer mucho a Dios y convocar mañana (domingo) todo el mundo en Río de Janeiro porque acabó ¡Río, Río de Janeiro es nuestro!”, aseguró el delantero a la televisión.
Flamengo es considerado el club más popular de Brasil.
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Gabigol ya venía haciendo historia antes de la final contra River.
En 2018, tras regresar a Brasil de su decepcionante paso por Europa, se convirtió en el primer jugador en ser el máximo goleador en la Copa de Brasil y el Brasileirao conjuntamente, con 4 y 18 tantos respectivamente.
Atento a sus números, el Flamengo no dudó en apostar por él para ser la referencia en ataque en el proyecto ganador del club carioca y logró su cesión del Inter de Milán, club que tiene sus derechos.
Con una buena técnica y sin dudar a la hora de rematar, Gabigol se ha convertido en el auténtico terror de las defensas rivales y en el gran estilete del equipo carioca para conseguir su segunda Libertadores y aspirar a ganar su primer Brasileirao en 10 años.
Gabigol aterrizó en Rio de Janeiro junto a Bruno Henrique, el otro hombre gol del equipo esta temporada y con el que jugó en el Santos el año pasado.
“Está en la mejor fase de su carrera, pero está haciendo apenas lo que siempre hizo en Brasil. El año pasado ya fue el máximo goleador del campeonato brasileño con 18 goles, muy por delante de los otros goleadores, y lo logró jugando en el Santos, que no era tan bueno como este Flamengo actual”, explicó a la AFP el periodista deportivo del grupo Globo Sérgio Rangel, quien ya cubrió cinco Mundiales.