Una lección vergonzosa, dolorosa y hasta humillante dieron los jugadores de un equipo de fútbol conformado por inmigrantes y españoles llamado Alma de África, que milita en la tercera dividisión Andaluza de Jerez, España.
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En un amplio reportaje publicado por el diario español El País, los jugadores cuentan por qué decidieron usar en sus camisetas los insultos que han recibido durante los partidos en lugar de lucir sus nombres.
"Yo jugué con la palabra ‘Mono’ en la espalda. Lo hicimos para decirle a todo el mundo que no somos delincuentes. Que somos personas y que no molestamos a nadie. Todavía escuchamos estos insultos y es algo que sufrimos nosotros y también los profesionales”, señaló a El País Eric Josué Amang, un camerunés que reside en España desde hace seis años y juega como volante y defensa en Alma de África.
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Además de “Mono”, en las camisetas se podía leer “Negrata”, “Esclavo”, “Simio", ‘Sudaca", “Sin papeles”, “Gorila”, “Gitano”, “Indio”, “Nigga”, “Moro”, “Ilegal”, “Morenito”, “Escoria”, “Inmigrante” y “Negro”.
“Así posaron los integrantes de este equipo de cinco años de antigüedad en el espacio donde debían aparecer nombres como los de Omar, Bassirou, Eric, Abdoulaye, Osaivbie, Ivan, Issa Abdou, Mourtalla, Abdelmounim, Modou o Mohamed. Fue el domingo en el último encuentro de la temporada”, indica el periódico ibérico.
El equipo está formado por inmigrantes y cinco españoles conocidos como “los extranjeros” por sus compañeros.
En total son doce nacionalidades, en algún momento fueron quince, que quisieron denunciar de una forma muy original, pero dolorosa los insultos que reciben cuando juegan.
Eric fue claro al decir que solo piden respeto y que no es posible que el racismo exista en el siglo XXI.
“Estamos hartos de este desprecio”, insistió el camerunés, quien empezó su viaje desde Camerún a Marruecos en una lancha con la idea de llegar a España.
“No volvería a hacerlo por nada del mundo. Di dos viajes y me cogió la policía. Me gasté mucho dinero y al final pude pasar por 80 euros (más de ¢54 mil). Pasé miedo y dejé atrás a muchos compañeros y amigos que murieron en la travesía. Es una experiencia durísima.
"El fútbol te ayuda a integrarte. En el Alma somos una familia. Yo haré siempre todo lo que pueda por este equipo. El fútbol te ayuda mucho”, recuerda el futbolista del Alma África.
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Eric combina el trabajo de futbolista con sus labores en un matadero y todos los fines de semana se traslada para jugar con el Alma.
La nota de El País indica que muchos jugadores no tienen el permiso de residencia y juegan porque la Federación Andaluza permite que se hagan la ficha con el pasaporte de su país.
“Hemos intentado hacer una campaña de sensibilización porque todavía nuestros jugadores reciben insultos racistas. Hay maleducados que la toman contra nuestros jugadores”, señaló Alejandro Benítez, un agente inmobiliario y presidente del equipo por solidaridad.
“Es una locura. También queremos mostrar que nuestros futbolistas están tan, pero tan encima de esos insultos que nos los ponemos en las espaldas, para que todo el mundo pueda verlos. La iniciativa fue muy bien recibida”, indicó Benítez a El País.
“Lo que menos nos dicen es ‘vete a tu país’ y ‘este es mi país’. Creo que cosas de este tipo sobran en el deporte y en la sociedad”, afirmó Issa Abdou, otro de los miembros del cuadro, también camerunés y quien juega de lateral izquierdo.
Él salió de África cuando tenía 14 años y duró tres años en llegar a España; actualmente les ayuda a buscar trabajo a sus compañeros de equipo.
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La nota concluye informando que después del descenso de la temporada anterior, las cosas no le han ido bien en lo deportivo al Alma, especialmente, porque en el torneo recién terminado acabó como último de la tabla y el domingo, día en que usaron las camisetas con los insultos, cayeron ante el Algaida, líder la competición.
Eso sí, el mal resultado no les bajaron el ánimo y les regalaron las chemas a los rivales como un detalle de amistad.