El delantero costarricense Johnny Woodly jugó y vivió un año en la ciudad china de Wuhan, el lugar donde los expertos creen que nació el COVID-19.
Woodly, quien ahora milita en la segunda división con Barrio México, jugó cinco años en el fútbol de China, en donde conoció a la perfección las costumbres y la cultura culinaria en ese país.
Asegura que los chinos comen de todo; sin embargo, hay un grupo que no ingiere todo tipo de animales como muchos creen.
El delantero, de 39 años, jugó su última temporada en esa nación en el 2014 y dice estar enamorado de ese país pues vivió momentos deportivos importantes, incluso, uno de sus tres hijos nació en China.
- ¿Cómo llegó a Wuhan?
Fue en el 2013, en un equipo de la segunda división que se llamaba Hubei Huakaier FC que jugaba en Wuhan, luego cambió de nombre (Xinjiang Tianshan). Ahí me fue bien.
- ¿La ciudad cómo es?
Es una ciudad muy moderna y muy bonita. Uno encuentra de todo por ser tan tecnológica. La verdad es que ahí quienes viven tienen una vida muy sencilla. El clima es como Costa Rica, solo que un poco menos caliente y más frío, pero ahí uno vive muy bien.
- ¿Usted vio o visitó alguno de los mercados donde comen murciélagos, perros y gatos?
No, ni estuve cerca de esos mercados. En China no en todas las ciudades hay mercados negros, eso es un mito, pero sí es cierto que venden animales exóticos.
- ¿No le dio curiosidad visitar algún mercado de esos?
La verdad no me animé, pero es cierto que para la cultura china todo lo que camine y se arrastre prácticamente se come.
- ¿Usted vio a compañeros comiendo algo que para nosotros es raro?
Una vez en una concentración nos dieron una sopa, yo vi los huesos un poco extraños, pero antes de comer yo preguntaba qué era, entonces en inglés le pregunté a un compañero chino qué era y me dijo que era “duck”, que en español es pato. Yo le di vueltas a la sopa y vi que los huesos eran muy grandes y que no eran de un pato. Entonces le pregunté en inglés que si era de pato y le hice como hacen los patos “cua cua” y me dijo “no, guau guau”, resulta que era sopa de perro.
- ¿Se la comió?
No, no, jamás, porque pregunté. Que yo sepa nunca me dieron nada raro y si me lo dieron me lo comí porque nunca me di cuenta.
- ¿Normalmente qué comía?
Lo que se come aquí, arroz, carnes, sopas, todo normal. Me llamó mucho la atención que ellos son amantes del chile, un chile tabasco a ellos no les hace nada, igual que un chile panameño. Estoy seguro que los chinos son más buenos para el chile que los mexicanos.
- ¿Cuando vivió en Wuhan en dónde residía y con quiénes?
Era una torre de apartamentos, ahí estaba con mi esposa (Andrea Cerdas) y mis tres hijos. Un chofer del equipo nos recogía a los extranjeros y nos llevaba al estadio, yo estaba en la parte céntrica.
- ¿Cómo lo trataron los chinos?
La verdad es que nos trataron muy bien. Los chinos en general son muy amables, humildes y bastante curiosos, seguramente por eso es que comen de todo.
- ¿Cómo tomó la noticia de que en esa ciudad fue donde supuestamente estalló el virus?
Con tranquilidad, antes de que el virus llegara aquí yo ya sabía todo lo que estaba pasando allá porque hablaba con unos excompañeros que me decían cómo estaba la situación.
- ¿Qué le contaban?
Que era obligatorio usar mascarillas. Unos meses después me decían que estaban tranquilos porque ya estaba controlado y me prevenían con que se debía usar mascarilla, lavarse las manos constantemente y no salir de la casa, yo sabía de esto como desde enero o febrero.
- ¿Usted mastica el idioma?
Me defiendo muy bien, al principio era solo con el inglés. Lo que pasa es que en China se hablan otros dialectos, el más conocido es el mandarín, pero es increíble ver a dos chinos que no se entienden porque hablan diferentes lenguas, no es como en Costa Rica que todos nos entendemos.
- ¿Volvió a China después de su última temporada?
No, pero me gustaría volver, algo curioso es que tengo un hijo chino.
- ¿Cómo es eso?
Mi hijo menor, que se llama Dwyane, de 10 años, nació en China. Entonces lo vacilamos porque le decimos que podría ser el primer chinito negro que juega con la selección de China. Él ahorita está con Saprissa como extremo, mi otro hijo Dereck tiene 12 y es delantero y Keylor que tiene 18 quiere retomar otra vez el fútbol.
- ¿Le gustaría ver a su hijo menor con la sele de Costa Rica o con la de China?
Es una decisión de él, primero debe ser buen futbolista y después que él decida si le llega la oportunidad.