La jugadora Samira Roper está realizada, porque ahora cumple uno de sus más grandes anhelos: estudiar sin tener que renunciar al fútbol.
La delantera, de 19 años, hizo maletas a mediados del año pasado y gracias a una beca deportiva se encuentra en la Eastern Florida State College, en Estados Unidos, llevando los estudios generales, para luego cursar, posiblemente, Administración de Empresas, Gestión Deportiva o Fisioterapia.
“El primer contacto se hizo gracias a Gaby Guillén (su excompañera en Alajuelense), ella me habló sobre el programa, del proceso que hay que llevar a cabo y nos comunicamos con Propella (organización que se dedica a brindar becas deportivas) y lo conversé con mi familia.
“A partir de ese momento, duramos cerca de un año en el proceso y fui aceptada”, contó la joven futbolista, quien finalizó en enero sus estudios de secundaria y estuvo cursando Inglés, para masticar el idioma y que le fuera más fácil, a la hora de irse al extranjero.
Organizada
Para Samira, la vida que lleva es como la había soñado.
“Siempre había querido estudiar, pero sin dejar de lado el fútbol y la verdad ha sido muy bonito, aprendiendo de bastantes culturas, en el equipo comparto con muchachas de Grecia, Escocia, España, Singapur y eso me permite aprender de otras culturas.
“En este momento competimos en la National Junior College Athletic Association división 1 (NJCAA), que es el torneo de fútbol universitario. Estaba de vacaciones y volví este lunes a clases”, afirmó.
Para la hija del exfutbolista Atim Roper, el nivel de preparación deportivo que lleva en tierras norteamericanas es totalmente diferente al que tenía en el país.
“El fútbol de acá es más físico y nos dan más énfasis en la parte académica, porque un requisito es pasar los cursos con buenas notas para continuar estudiando.
“En la mañana voy a clases y en algunos espacios que tengo hago extras, voy al gimnasio, a correr y luego de las clases entreno, a eso de las 2:30 p.m., termino a las 5 p.m. y me voy a hacer tareas y luego me dedico a cocinar”, añadió.
El programa le pide cursar cinco materias por semestre, por lo que la tica se la debe jugar para estudiar y jugar y además, colaborar con el mantenimiento de su residencia.
Roper vive con las españolas Laura y Ana y con Putri, una ciudadana de Singapur. Entre ellas se ponen de acuerdo para las labores de limpieza y eso sí, cada una se cocina lo que desea, pues al ser de diferentes culturas, prefieren hacerse algo relacionado con sus países.
“La verdad, es que gracias a mi paso por la Liga y Heredia he logrado esta beca y me siento feliz, porque quiero ser una profesional.
“No le miento, porque a veces es cansado, pero todo se vuelve rutina, las primeras fueron más difíciles, pero con el paso del tiempo me fui acomodando y me gusta.
“Esta beca es por dos años, entonces tengo que aplicar nuevamente, para poder cursar la carrera acá y es mi deseo”, comentó.