El 18 de junio, exactamente hace un mes, Limón FC comunicó los jugadores que no continuarían en la planilla para el Apertura 2020 y en el comunicado de prensa sobresalió un detalle con un futbolista.
“El jugador Johnny Gordon está condicionado a regresar solo si se encuentra en buen estado físico al inicio de la pretemporada, según recomendaciones después de las mediciones físicas”, decía la nota.
Aquellas líneas eran un ultimátum para el jugador, o adelgazaba en un mes, o simple y sencillamente se quedaba sin brete en media pandemia.
Cuando le marcaron la cancha, Johnny pesaba 94 kilos y tenía un porcentaje de grasa corporal de más del 20% (18 kilos solo de grasa), cuando un futbolista profesional debería tener alrededor del 10%.
Un mes después, Gordon pesa casi 82 kilos y tiene casi un 12% de grasa corporal, o sea, el hombre demostró mucho compromiso para mantener su puesto.
“Ha sido un reto fuerte en mi vida para estar bien con los míos, fue bastante difícil dejar ciertas costumbres de lo que hacía día con día, el cambiar la rutina, desde saber qué comer, saber qué meterle al cuerpo y que no”, explicó el jugador.
Gordon reconoce que el día que le hicieron las mediciones a él y al resto de sus compañeros, estaba bastante nervioso porque era la hora de la verdad, el momento que decidía si seguía con brete o no.
“Desde un inicio yo trabajé con la mentalidad de bajar, ¿cuánto?, no sé, pero me enfoqué en eso, el día de las mediciones tenía mucho temor de escuchar los resultados, conforme se fueron dando los números, veía que iba bajando, dos, tres, cuatro kilos, me sentía bastante contento.
“Al final, cuando dieron los resultados vi que todo lo que estaba haciendo, de algo sirvió, me sorprendió bastante ver esos números, no me imaginaba que iba a bajar tanto”, detalló Gordon.
La solicitud que le hizo el equipo no fue para molestarlo, por estética o cualquier otro motivo, era claro que con el peso que tenía, su rendimiento deportivo no sería el mejor y no se podría desarrollar como ellos esperarían, un kilo de grasa más que sea, merma en paleta a un deportista.
“Conforme ha pasado el día con día, esos kilos de menos los he sentido en los entrenamientos, puedo hacer cosas que antes me costaba más, en el recorrido, en la reacción, del llegar antes al balón, en el suelo, levantarme rápido y atacar el balón, ha sido una gran diferencia”, agregó.
El cómplice
Como suele suceder en casos como este, detrás de una historia de esfuerzo y disciplina también hay un profesional detrás ayudando.
Paulo Rodríguez, exjugador del Uruguay de Coronado, la UCR y del Municipal Liberia, es el nutricionista que estuvo al lado de Gordon para ayudarlo a cumplir una meta que aún le queda camino.
“Yo conozco a (Luis Fernando) Fallas (técnico de Limón), él me llamó y me habló de que tenía un jugador muy interesante y con muy buenas condiciones, pero me preguntó que cuál era mi opinión.
“Le dije a Luis que a como estaba Johnny, a simple vista, no podía jugar, él me pidió la ayuda, me lo mandó al consultorio y empezamos a trabajar con él sobre todo en la parte mental”, explicó.
Rodríguez aprovechó su experiencia como jugador y le habló a su paciente más como un capitán o un líder en la cancha que con la jerga de un doctor, para conectar más fácil con él.
“Le hablé de manera muy directa y muy sincera, le dije que se estaba jugando su contrato en el consultorio, ‘así como usted está, es para ir a sentarse al parque a tomar el sol', le hice ver que si quería seguir jugando tenía que cambiar, le di los datos que tenía y empezamos a trabajar”, detalló.
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Rodríguez proyectó que Gordon podía bajar más de tres kilos y medio de grasa por mes, pero el futbolista, realmente se fajó.
“Empezamos con toda la estrategia y los planes nutricionales y ahora que estuve en Limón pasó de los 18 kilos (de grasa) a tener casi 12 kilos de grasa, de manera exacta bajó casi siete kilos de grasa en un mes, un cifra muy por arriba del promedio. El peso de grasa es el que verdaderamente hay que cuidar.
“Además del plan que implementé, las cosas se dieron por el compromiso de Johnny, que debió pensar: ‘o hago esto, o me quedo sin nada'. Ahora le hacen falta unos dos kilos de grasa para estar en su peso correcto para iniciar el campeonato (el 16 de agosto)”, explicó.
El doctor además fue quien hizo las mediciones de grasa a toda la planilla, dado que trabaja con el equipo de manera independiente, por servicios profesionales, al igual que con el Cartaginés.
A Johnny no le sometieron ninguna dieta extrema ni nada por el estilo, al ser un atleta necesita consumir todo tipo de alimentos, por lo que no le quitaron nada, solo se los distribuyeron de forma correcta en porciones, horarios y estilos.
Gordon ya se incorporó más de lleno a los entrenamientos de la Tromba y tiene muy claro cuál es el camino a seguir, ese que le enseñó un doctor y colega en la cancha.
Vaya a doc |
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Rodríguez se retiró del fútbol en el 2017 con Liberia y desde antes ya estaba trabajando como nutricionista, profesión que ahora ejerce a tiempo completo en su consultorio individual y lo puede contactar en Facebook e Instagram como Dr Paulo Rodríguez / Nutrición y Deporte o al WhatsApp 88295501. |