“Esta no es una historia de un Golden Boy”, así titula Andros Townsend un escrito suyo en el medio “The Players Tribune", en el que confiesa su adicción a las apuestas.
El jugador humanizó la vida del futbolista y reconoció su adicción al juego, la cual lo llevó a perder miles y miles de euros, además por eso fue ser sancionado por la federación inglesa.
“Debo ser el único chaval que fue capaz de gastar 50.000 euros (más de ¢32 millones) estando tirado en la cama un miércoles en la noche”, empieza a contar el extremo inglés, que en su momento fue una promesa del fútbol de ese país.
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El jugador repasó todas las etapas de su vida, desde su infancia, y analizó el porqué acabó cayendo en las garras de la ludopatía (Inclinación enfermiza a los juegos de azar).
Arrancó la adicción
El jugador empezó narrando que pasó por múltiples equipos de la tercera división inglesa. Siempre cesiones de tiempos cortos.
“No disfrutaba lo que hacía. Vivía en una habitación con un horno y un poco más. La gente en esa división juega para mantener su casa, su coche, su vida, su salario. Yo era un chaval inmaduro que en teoría estaba cumpliendo su sueño”, recordó.
Ahí empezó a desilusionarse del fútbol y de su vida.
“Un día debuté con el Tottenham y marqué un gol en mi debut. Ya me llamaban la próxima perla de los Spurs. Busqué mi nombre y me leí cada artículo, cada texto, cada tuit, me acosté sintiéndome el mejor. A los 10 días me cedieron al Watford”.
Esa tristeza y monotonía hizo que Townsend empezara a entrar en casas de apuestas.
“Nada ilegal, no amañaba partidos. Apostaba al rugby o carreras de caballos. Me entretenía”, indicó.
Pero rápidamente el inglés se dio cuenta de que algo iba mal.
“Empezó a ser algo más que un pasatiempo. Soy muy competitivo y cuanto más perdía más quería jugar.
"Pero esto no es como el fútbol o el tenis. Jugar más no te hace ser mejor. Jugar más solo te hace perder más. Nunca he bebido, nunca me he drogado, pero me volví un adicto al juego”, cuenta el ahora jugador del Crystal Palace.
Esa adicción provocó que la FA (Asociación Inglesa de Fútbol) sancionara a Townsend ya que está totalmente prohibido apostar siendo un jugador profesional.
Y, según el jugador, eso le ayudó a darse cuenta de que necesitaba ayuda. En lo futbolístico, el joven da las gracias al entrenador André Villas-Boas por ayudarlo a recuperar su nivel cuando aún era ficha del Tottenham.
Todo empezó a rodar mejor, hasta que se lesionó.
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“Ya había debutado con gol en Inglaterra. Empecé a ver la luz, pero me lesioné (en el 2014) y caí de nuevo. Desde entonces ya no corro como antes. Ya no soy capaz de jugar como antes. Veía videos de Youtube de mis mejores jugadas y me acostaba llorando y pensando que por qué ya no jugaba así”, señaló.
Pero para Townsend esta historia afortunadamente no terminó ahí gracias a su madre. El jugador dice que cayó en una depresión por todo lo que estaba viviendo y como ella insistió tanto empezó a ver a un psicólogo.
“Yo era escéptico. Pero ella insistió mucho y acabé yendo. Y descubrí que hablar de tus problemas no es tan malo. Como atleta nunca quieres admitir que las cosas van mal. Pero la verdad es que hay muchas cosas que simplemente no van. Estaba reteniendo un montón de emociones hasta que conseguí aceptarme a mí mismo y dejar de mirar al pasado”, cuenta.
El extremo termina con una frase para reflexionar.
“Tardé 19 años en jugar para los Spurs. 22 años en jugar con Inglaterra. Y 28 en estar en paz conmigo mismo. Y aún sigo trabajado en lo que es el tercer logro más grande de mi vida”, aseguró.