El fútbol centroamericano parece haber quedado estancado y está viendo como el Caribe toma fuerza en el área de la Concacaf, amenazando los intereses de muchos por asistir a la próxima Copa del Mundo de Catar 2022.
El inicio de la Liga de Naciones de la Concacaf ratifica esta situación.
Panamá el pasado domingo cayó derrotado (2-0) en su propia casa ante Bermudas; al mismo tiempo Nicaragua cayó goleada (6-0) contra Surinam y apenas empató (1-1) ante San Vicente y las Granadinas.
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Belice perdió 3-0 contra Guyana Francesa y sufrió para ganar por la mínima ante Granada.
“En los últimos años se ha notado una enorme mejoría en los equipos caribeños, producto, creo, de que varios jugadores juegan en importantes ligas, y además porque ahora con la Copa del Caribe tienen no solo más partidos para crecer, sino que representa tener competencia y esto les ayuda a subir el nivel”, señaló el periodista de Deportivas Columbia, Leonardo Cordero.
La Sele, que ahora está sin técnico por la salida de Gustavo Matosas, tendrá pruebas de fuego en este sentido, primero enfrentará de visita a Haití el 10 de octubre y tres días después será local contra Curazao.
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Ya en la pasada edición de la Copa Oro sentimos el ácido cuando Bermudas puso en serios aprietos a la Sele y apenitas ganamos 2-1 y mordimos el polvo ante Haití (2-1).
En ese mismo torneo el cuadro haitiano avanzó hasta semifinales, donde quedó eliminada a manos de México que apenas y lo derrotó 1-0.
El cuadro curazaleño se quedó en cuartos de final, donde lo eliminó también por la mínima Estados Unidos.
A esto súmele las selecciones caribeñas que siempre dan pelea como Jamaica y Trinidad y Tobago.
El único que se dio gusto en el arranque de la Liga de Naciones fue Guatemala, los chapines están con los más débiles de la región (Liga C) y derrotaron 10 a 0 a Anguila.