Francia abrió su Mundial femenino con una contundente victoria 4-0 sobre Corea del Sur, en un Parque de los Príncipes que llenó sus 45.000 localidades a pesar del frío y las fuertes rafagas de viento, debido a la tormenta Miguel.
El fenómeno meteorológico que a escasos 500 metros provocó el aplazamiento de la semifinal entre Novak Djokovic y Dominic Thiem, en Roland Garros, no echó a perder la fiesta inaugural.
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Con el presidente francés Emmanuel Macron y el recién reelegido presidente de la FIFA Gianni Infantino en el palco, tras una colorida ceremonia de 20 minutos en la que participaron 300 bailarinas, se inició el espectáculo que concluirá con la final el 7 de julio en Lyon.
Jugar el último partido es precisamente el objetivo marcado por el equipo local, que demostró su fortaleza ante una Corea del Sur muy inferior, incapaz de acercarse a la portería francesa.
Eugenie Le Sommer (9), Wendie Renard (35 y 47) y Amandine Henry (85) fueron las autoras de los goles locales.
Pudieron ser muchos más goles, ya que desde el saque inicial, en el que Corea del Sur más que pasar el balón lo despejó, quedó claro que existía un evidente desequilibrio de fuerzas.
Antes, en el túnel de vestuarios, las caras sonrientes y las bromas entre las surcoreanas contrastaban con los rostros tensos de las francesas, temerosas del siempre traicionero primer partido.
Pero una vez que rodó el balón, Francia exhibió su abanico de cualidades. Le Sommer, indescifrable partiendo desde la banda izquierda, apareció en el punto de penal para pegarle a un centro desde la derecha de la capitana Amandine Henry.
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En esa banda Delphine Cascarino, la perla de 22 años del Lyon, desequilibró constantemente con sus recursos técnicos.
El otro peligro francés venía de sus imponentes centrales, Renard y Griedge Mbock. Esta última intentó una chilena que se fue alta, antes de conectar entre los tres palos un poderoso remate (27).
La árbitra uruguaya Claudia Umpiérrez recurrió por primera vez al VAR en el torneo y, tras varios minutos de suspenso, señaló fuera de juego.
Menos habituadas que los hombres a la herramienta, las jugadoras francesas habían celebrado por todo lo alto el bonito gol, con coreografía incluida.
Luego llegó el recital de Renard, dos goles de jupa aprovechando su superioridad física sobre las pequeñas defensas surcoreanas.
Tres golcitos y adiós a la tensión del primer partido y un público que entonaba ‘La Marsellesa’ antes de que se señalara el descanso. Era el debut perfecto.
Con el trabajo hecho, la segunda parte fue de mero trámite y amenizado por los entusiastas espectadores.
Noruega y Nigeria, este sábado en Reims, completarán la primera jornada de este grupo A.
"Me he hecho una pequeña película en la cabeza para este viernes; un estadio lleno, una buena actuación y mucha emoción", había dicho antes del partido la capitana Henry.
Su guion no incluía el mejor gol de la noche, que logró con un remate desde fuera del área. Francia puede seguir soñando.