El cierre de la final entre Alajuelense y Saprissa fue como un funeral en el lado de Alajuelense, los últimos minutos los vivieron entre caras muy largas y mucho pesimismo.
Tomás Segura, Manrique Lara y Lanzo Luconi, entre otros, se vieron muy golpeados luego que a su equipo le dieran la vuelta en el encuentro de este domingo.
Los erizos se fueron rapidito de la Cueva luego de recibir sus medallas de segundo lugar.
Uno de los jugadores más afectados fue el capitán erizo Giancarlo González que incluso le pegó un puñetazo a la puerta del camerino cuando venía regresando de la mejenga.
A Pipo le tocó la tarea de como líder del barco ir a recoger el trofeo de subcampeones en medio de un aguacero que no les enfriaba el colerón.
“Esto es parte de ser atleta, hay que seguir adelante y levantarse, en este caso de los golpes que da el deporte y saber que hay una vida que sigue, una familia que me espera en la casa y que lo dimos todo en la cancha”, comentó a FUTV.
González no quiso entrar a analizar qué le pasó a la Liga este domingo y porqué se cayó en su visita a la Cueva.
“Creo que ya están los analistas para que profundicen en ese caso, yo la verdad siento que no entró la bola, tuvimos opciones, al final no las concretamos y ellos en jugadas de pelotazos nos hicieron tres goles en el primer tiempo y listo, ellos se lo llevaron”, destacó.
El Pipo fue de los pocos manudos que dio declaraciones, la prensa buscó a algunos como Johan Venegas, pero declinaron a darle explicaciones a la afición .