El clásico entre Saprissa y Alajuelense, que se jugó en el estadio Ricardo Saprissa, se ensució con las broncas constantes en las graderías de sol sur que armó La Ultra, barra organizada de Saprissa.
Los aficionados morados se agarraron a patadas y manazos con los oficiales de la Fuerza Pública que estaban vigilando la gradería y durante el primer tiempo se tuvo que parar el partido en dos ocasiones porque las peleas con la policía eran grandes y ponían en riesgo el espectáculo.
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El ridículo no quedó en casa, como el partido lo transmite ESPN, todo Centroamérica se pudo dar cuenta de ese cáncer que enferma las graderías de los estadios en el fútbol tico, las barras organizadas, las cuales han llenado de sangre, problemas y hasta muertes, nuestro fútbol desde que nació la primera en 1995, La Ultra de Saprissa.
La oficina de prensa del Ministerio de Seguridad Pública informó que la bronca entre policías y la barra dejó quince detenidos, aunque no se dio la identidad de ninguno porque están trabajando con asesoría legal para determinar el delito que cometieron.
Por más increíble que parezca, la bronca terminó hasta que Jorge Fallas, encargado de seguridad del Saprissa, negoció con la Fuerza Pública para que saliera de la gradería sur donde estaba ubicada La Ultra y dejaron solo a la seguridad privada en la escena.
La Fuerza Pública se pasó a otro sector por aquello que se armara de nuevo el desorden.
En noviembre del año pasado en La Teja publicamos una nota en la cual un exmiembro de La Ultra, del cual no dimos el nombre para cuidar su seguridad, aseguraba que los dirigentes de Saprissa, hasta su actual presidente, Juan Carlos Rojas, estaban totalmente enterados de todo lo que la barra organizada hace en los partidos, pero no buscan como eliminarlo.
“Juan Carlos Rojas (presidente morado) prefiere a doscientos revoltosos que un estadio familiar. Antes iban mil maes a cantar, ahora van trescientos a tomar guaro y a fumar piedra afuera, entran que ni saben quién juega y a jugar de malos”, indicó este fiebre, que abandonó el grupo años atrás.
“A los partidos de visita entran los vetados de Tibás y llegan a hacer desmadre, desde que se fueron los líderes viejos quedó a la libre y nadie, absolutamente nadie, ha tenido la capacidad de tomar las riendas”, indicó el exintegrante.
“Y por esa vara que todos quieren ser líderes se dan esas tonteras, para nadie es un secreto que hay drogas de más en estas épocas. El problema es que no es (requisito) poder para liderar, sino que es un poder de decisión de quiénes van y quiénes no van (a los estadios)”, agregó.