Parar el partido, suspenderlo y marcharse, ese es el lineamiento que la FIFA giró a las federaciones miembros a la hora de aplicar su reglamento para luchar contra las discriminaciones en las competiciones nacionales.
La notificación se hizo mediante un correo firmado por la secretaria general de la instancia dirigente del fútbol mundial, Fatma Samoura. La FIFA detalla tres etapas en caso de incidentes, un procedimiento aplicado en sus competiciones desde la Copa de las Confederaciones en Rusia en 2017.
"En caso de incidentes serios este procedimiento autoriza de este modo a los árbitros a detener el partido”, una decisión seguida de un anuncio con la megafonía del estadio a parar los comportamientos incorrectos.
Después, el árbitro puede "suspender" por una duración más o menos larga "el partido enviando a los jugadores a los vestuarios" o simplemente decidir "marcharse sin terminar el duelo" si los incidentes persisten.
A principios de julio, la FIFA había anunciado que los partidos parados por racismo significarán la derrota del equipo, de los jugadores o aficionados infractores con la pérdida de los puntos automáticamente.
La sanción irá contra el equipo cuyos aficionados sean responsables de los incidentes y podría técnicamente aplicarse en un partido de Copa del Mundo o cualquier otra competición.
El nuevo reglamento detalla las injurias y los comportamientos considerados discriminatorios: los que señalan el color de la piel, el origen étnico, geográfico y social, el sexo, una discapacidad, la orientación sexual, la lengua, la religión, las opiniones políticas, la riqueza, el nacimiento o cualquier otro estatuto.