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Feliz con su “Marota” turrialbeña

Vecino de Guadalupe disfruta al máximo un Willys Station Wagon de 1950

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Don Óscar Gómez Mora tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para que aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba. El de él es de 1950.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
En Turrialba a este tipo de carros les dicen Marota. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

“En Turrialba a este tipo de carro les dicen Marotas porque había un señor de apellido Maroto que todos los años estrenaba uno de estos, por eso, toda la vida quise tener una Marota, que es como los conocemos los turrialbeños”, nos explica don Óscar mientras nos abre la tapa del motor para que confirmemos que lo tiene hecho un ajito por todos lados.

Este Willys Station Wagon 1950, viene con doble tracción y duplicación, el motor es seis cilindros en línea; son 4.100 centímetros cúbicos. Es un vehículo hecho para uso rural. Hay quienes aseguran que fue el primero que mezcló la comodidad para los pasajeros, lo deportivo y lo rural.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
Don Óscar asegura que manejar este Willys es una sabrosera. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

Recuerdo juvenil

"Cuando lo compré estaba en Puntarenas bastante descuidado. Lo compré porque cuando yo tenía 15 años manejaba un Chevrolet Vega que era de mi papá, pero él se enojaba porque yo le quitaba el carro que era automático.

"Entonces, como papá se enojaba que le usara su carro, un señor amigo me enseñó a manejar en un Willys manual de estos. El señor me decía ‘vaya, para que termine de emplumar, pruebe con este. No tiene frenos, así que debe andarlo compresionado y si se le complica, pues lo arrima a un paredón’.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
Tres años y medio duró don Óscar restaurando su chuzo. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

“Desde ese momento me enamoré de estos carritos; ocupan mucha concentración al manejar y eso me encantó, cuando lo ando realmente me siento identificado con lo que es rural. Con este duré tres años y medio en restaurarlo con todo original”, reconoce este vecino de la urbanización La Flor, en El Alto de Guadalupe, y quien tiene 56 años.

Motor potente

Explica don Óscar que este modelo de Willys se hizo 100% para trabajo. Este apasionado por los clásicos lo considera un mamulón muy noble y afirma que es el bisabuelo de las Grand Cherokee. El motor, originalmente, es de gasolina y el de la Marota está puras tejas.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
La máquina está como un ajito y ronca delicioso. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

"Este es muy gustado y muy buscado por las personas que tienen de 50 años en adelante, porque cuando estuvieron chiquillos eran los que veían que se usaban para ir a las zonas rurales. En realidad, es un carro bastante noble.

“Es muy potente y ágil al mismo tiempo. Cuando se duplica (se le mete potencia a la tracción) tiene la capacidad de jalar un bus sin ningún problema, por eso fue un carro muy buscado por la gente de zona rural para ponerlo a trabajar sin parar porque aguanta todo”, comentó.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
Es actor de cine, salió en la película tica Princesas Rojas de la directora tica Laura Astorga. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

Marota es actriz

Esta no es una Marota cualquiera, hablamos de todo un actor de cine porque le dieron un papel en la película costarricense “Princesas Rojas” que dirigió la costarricense Laura Astorga y que se estrenó en el 2013.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
Tiene potencia en las cuatro ruedas y duplicación, así que puede jalar sin problemas un bus. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)

“Sale exactamente igual a como está en estas fotos que le están tomando. De hecho, a mi siempre me gustaría pintarla gris agua, es un color como lechoso, pero como ya mucha gente la conoce roja y por lo de la película, entonces mejor la he dejado quedita”, reconoce el amante de los motores, quien asegura que la Marota es un amor al manejar.

Don Óscar Gómez Murillo tiene 16 años de haber cumplido el sueño de comprar un carro igual al que le prestaron jovencillo para aprendiera a manejar: una “Marota”. Bueno, es que así le han dicho siempre a los Willys Station Wagon en Turrialba.
Es un modelo de 1950, pero don Óscar lo tiene como un carajillo de quince años. Foto Eduardo Vega Arguijo. (Eduardo Vega Arguijo)
Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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