Un saludo con un beso en la mejilla, muy cerca de la boca, un abrazo más allá de lo normal, el roce de los senos contra otra persona o hacer sentirse incómodo a las árbitras no fueron consideradas como conductas de acoso sexual por la Comisión de Acoso Sexual ni por el Comisión Discplinaria de la Fedefútbol.
Esto a pesar de la definición qu establece la Ley 9967 contra el Hostigamiento y Acoso Sexual en el Deporte: “cualquier comportamiento, verbal, no verbal o físico, de naturaleza sexual y no deseados por la persona que los recibe, que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la integridad física o sicológica de una persona. En todas las conductas de acoso sexual, existe el ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la persona víctima”.
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La persona acusada de apellidos Miranda Villalobos es la instructora de árbitros de la Fedefútbol y en el caso que se siguió contra ella, las denuncias fueron rechazadas.
Por eso, las siete árbitras interpusieron un recurso de apelación contra la resolución de la Comisión Disciplinaria que se basó en una recomendación de la Comisión de Acoso Sexual de la Fedefútbol y también contra la recomendación del secretario general de la Fedefutbol, Gustavo Araya.
El abogado Róger Duarte, representante de las siete perjudicadas nos facilitó la copia de la apelación. Las mujeres también están siendo asesoradas por el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu).
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Duarte afirma que es increíble que en el fallo, se indique que no se le pueden atribuir conductas de acoso sexual a Miranda Villalobos cuando hubo testimonio de las ofendidas y múltiples testigos.
Una de las acciones rechazadas dice así: “al saludarme ella intentaba darme besos más cerca de la boca, intentando propasarse, intentando darme un beso y/o abrazarme más allá lo normal, sin importarle si a uno lo hacía sentir o no incómodo”, dice el documento.
Otro de los testimonios dice:
“(...) acostumbraba dar un saludo de llegada el cual incluía beso y/o abrazo, los cuales me hacían sentir incómoda, ya que ambos se salían de lo normal, los besos eran prolongados, sonoros y me dejaban la mejilla con babas y eso me producía asco, además de tomar mis mejillas con sus manos, reduciendo mi capacidad de movimiento con el objeto de que no me alejara”.
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“Los abrazos se daban de manera desproporcionada y con connotaciones sexual, ya que en ese momento rozaba sus pechos con los míos lo cual me hacía sentir incómoda”, continúa el relato de la árbitra según el documento.
Otro caso que tampoco fue considerado pese a los testimonios dice: “me ponía sus labios completamente en mi mejilla, en ocasiones su mano detrás de mi cabeza, como para que no me alejara, dejando saliva en mi mejilla, luego venía un abrazo donde me rozaba sus pechos, era sumamente incómodo”.
Parte de los argumentos de la Comisión dice que hubo contradicciones entre las conductas denunciadas y lo declarado, o que no se comprobó en ninguno de los casos que la denunciada haya mostrado conductas tipificadas como acoso sexual o que las pruebas no eran contundentes.
Duarte dice que además, todo el proceso estuvo lleno de vicios de nulidad, y que agotarán la vía administrativa para luego recurrir a los Tribunales de Justicia donde acusarán a la Fedefútbol y a Miranda Villalobos.