EscucharLa familia de Berta Ramírez Camacho, una querida abuelita del Herediano, recordada por ser la que vendía postales de cuanto álbum salía, le cumple la petición que ella hizo en su lecho de muerte.
Doña Berta pidió en vida, en plena lucidez, pero ya en el hospital, que cada vez que el Team llegara a una final, le adornaran la tumba con flores, banderas y cosas alusivas a su querido Club Sport Herediano.
Ella lo pidió en el 2009, cuando el equipo tenía 16 años sin ser campeón y acababa de perder una dolorosa final contra Liberia, en el mismo estadio Eladio Rosabal Cordero.
Desde entonces, han pasado 21 finales nacionales y la petición de la abuelita se ha constituido en toda una tradición familiar.
Tres años después, en el 2012 y luego de dos finales perdidas, el título llegó para los rojiamarillos.
Don Óscar Rodríguez, nieto de doña Berta, nos contó todo sobre esta petición.
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“Mi abuelita murió en la sequía de campeonatos del Herediano. Fue una de las primeras socias del equipo y antes de morir, muy lúcida, habló con un sobrino y le dijo: ‘No voy a salir de aquí, sé lo que tengo, cuando fallezca, cada vez que Herediano llegue a una final, vayan a la tumba y me ponen banderas, flores y cosas del equipo”.
El sobrino creyó que era broma, pero en efecto, la abuelita no salió con vida del hospital y en el 2010, en una final contra Alajuelense, que perdieron en penales, fue la primera visita que hicieron al cementerio con el propósito de dejar distintivos del Team.
Hoy en día, a la abuelita se le unió don Rodrigo Zumbado, un hijo de ella y Luis Fernando Rodríguez, un nieto de doña Berta y hermano de Óscar. A los tres los visitan para dejarles insignias del equipo, aunque se han enterado de algo que no es tan bonito, pero que no les quita el impulso.
“Una vez hicimos la decoración (en el cementerio de Heredia), fuimos a visitar la tumba de otro familiar y cuando íbamos a llegar, vimos a una familia saliendo con un arreglo que habíamos hecho para ella y una bandera del equipo. A veces la decoración no dura ni las dos horas, pero lo seguimos haciendo y se ha convertido en una tradición familiar”.
Por ejemplo, el 22 de diciembre hicieron la visita un grupo de seis personas, en otras ocasiones han habido diez o quince familiares. El que se encarga de la organización es un sobrino de Óscar, llamado Diego Quesada.
Casa azul
Doña Berta era conocida como la señora de la casa azul porque allí venían las postalitas de cuanto álbum saliera.
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La gente de Heredia, cuando quería completar un álbum, o comprar postalitas sueltas para llenarlo, decía: “Vamos donde la señora de la casa azul”.
“Cada vez que salía un álbum, iban a la casa, que está en el centro de Heredia, donde vivía, de la Ferretería Brenes 200 metros al norte. Estamos hablando de hace sesenta años y vendía postales de todos los mundiales, de la naturaleza, de todo lo que saliera”, expresó.
Uno de los días más especiales para doña Berta fue cuando el Team le dedicó un partido e hizo el saque de honor.
“La llamaron y le dedicaron en vida ese partido, asistió con uno de los hijos, Fabio, y mi mamá Ligia. No cabía de la emoción, no se imaginó que en vida le dedicaron un partido a ella. Muchas veces andaba con la camisa del Herediano”.
Evidentemente, el heredianismo pasó de generación en generación. Muchos son socios y otros han estado hasta dentro de la estructura del equipo, como Eugenio Rodríguez. Esa pasión hizo que don Óscar hiciera un pronóstico para el juego de este viernes: “Es duro, complicado, pero vamos a ser campeones, Heredia gana 1 a 0″.
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Sin duda, la historia de la tumba decorada con los colores del Team en el cementerio de Heredia revela una tradición familiar que nació por la pasión de una de sus aficionadas más emblemáticas.
