Jim Redmond, quien ayudó a su hijo Derek a cruzar la línea de meta de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 ya que estaba lesionado, protagonizando uno de los momentos más icónicos de la historia olímpica, falleció a los 81 años de edad, según se hizo público este martes.
Durante la semifinal de los 400 metros, el atleta británico se desgarró el músculo isquiotibial cuando se encaminaba a la última recta y su padre saltó a la pista directo a ayudar a su hijo, ofreciéndole su hombro y cruzando juntos la línea de meta, con Derek cojeando.
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La imagen es uno de los momentos más vistos de la historia olímpica en las redes sociales y el Comité Olímpico Internacional (COI) puso en Twitter: “Nuestros pensamientos están con Derek Redmond y su familia después de la muerte de su padre, Jim. Juntos, nos ofrecieron uno de los momentos más inspiradores de la historia olímpica”.
El Comité Nacional Olímpico de Gran Bretaña dijo que los Redmond habían creado un momento olímpico que “nunca será olvidado”.
En una entrevista a la BBC en el 2012, Derek Redmond reveló que su padre había intentado en un primer momento persuadirle de no completar la carrera.
“Intentó disuadirme al principio. Me decía que no tenía nada que probar y que no necesitaba hacer eso, pero le dije que iba a terminar. Entonces me dijo que lo haríamos juntos. Así que lo hicimos y crucé la línea de meta cojeando y llorando”, concluyó.