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Norman Hunter, exdefensor del Leeds y que formó parte de la selección de Inglaterra que conquistó la Copa del Mundo de 1966, murió este viernes a causa del COVID-19. Tenía 76 años.
Hunter, que se ganó el apodo de “Bites Yer Legs” (Muerde tus piernas) debido a sus duras entradas a las piernas de los rivales, fue hospitalizado la semana pasada y falleció este viernes en la madrugada, anunció el club inglés.
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“Deja un enorme vacío en la familia del Leeds United, nunca olvidaremos su legado y acompañamos en su pena a los familiares y amigos de Norman en este momento tan difícil”, indicó el equipo inglés en un comunicado.
Hunter jugó 726 partidos con el Leeds, con el que alzó dos títulos de la liga y uno de la Copa de la FA.
También vistió 28 veces el uniforme de Inglaterra. Aunque fue parte de la selección en el Mundial de 1966, no jugó un solo encuentro en la competencia, la última Copa del Mundo que se ha disputado en Inglaterra. A él le entregaron la medalla de campeón hasta el 2009.
Originalmente, solo los 11 jugadores de la alineación titular del equipo que venció a Alemania Occidental recibieron preseas.
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Hunter también obtuvo el premio al jugador del año de la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA, por sus siglas en inglés) en 1974, el primer año que se entregó ese reconocimiento.
“Todos en la PFA estamos profundamente tristes de su deceso. El fútbol ha perdido a una leyenda y nos unimos a toda la comunidad del fútbol que lamenta esta pérdida", tuiteó el sindicato de jugadores.
El exdelantero de la selección inglesa Gary Lineker también rindió homenaje a Hunter a través de las redes sociales.
“Triste noticia: falleció Norman Hunter. Crecí siguiendo ese grandioso equipo @LUFC del cual él fue una pieza fundamental. Este terrible virus fue una fuerte tacleada de más, pero él estará mordiendo sus piernas en alguna parte. Descansa en paz, Norman”, escribió Lineker.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas de leves a moderados que desaparecen entre dos y tres semanas.
En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte. Sin embargo, la mayoría de la gente se recupera.
