El jueves al mediodía, el lateral izquierdo de Alajuelense, Facundo Zabala se sentó en las afueras del Morera Soto bajo un toldo junto a sus compañeros Ariel Lassiter y Róger Rojas para dar autógrafos a los aficionados, un momento curioso por lo rápido que ha ido su carrera en el último mes.
Cuando se abrió el paso para que los fiebres compartieran con los jugadores, Facu tomó una foto suya, le hizo una firma y dio con una sonrisa en la cara el que fue el primer autógrafo de su carrera, el muchacho jamás había experimentado algo así, lo que describió como una sensación lindísima.
“La verdad, es la primera vez en mi vida que doy un autógrafo, siento que todo esto ha pasado muy pronto, pero lo estoy disfrutando de la mejor manera. Estas cosas me motivan mucho, al estar lejos de mi familia es algo que me da mucha ilusión y también habla de los planes que tengo para mí y el esfuerzo que doy día a día”, comentó el defensor.
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Para el oriundo de Rosario, Argentina, irse a vivir solo al extranjero es algo con lo que está lidiando, en el país lleva mes y medio, pero casi todos los días conversa con sus papás, Omar Sabala y Eloiza Díaz, quienes siempre lo han acompañado, como cuando tuvo una oportunidad en el fútbol italiano hace apenas un año.
“Allá están siguiendo los partidos, gracias a Dios pueden verlos por Internet, por lo que están muy pendientes de lo que me pasa”, explicó el muchacho, quien da muestras de su simpatía y se deja querer por la afición.
En los cinco partidos que ha jugado, a pesar que su arranque fue difícil porque debutó con un autogol en el primer minuto en cancha, ha sido titular inamovible y la gente le reconoce sus ganas y esfuerzo y resolverle a la Liga una bronca en la lateral izquierda, situación que el propio técnico Hernán Torres aplaude y le ve buen futuro al joven.
Colores de amor y odio
Otro tema al que se ha ido adaptando es a vestirse de rojinegro, dado que toda su formación como futbolista ha sido con Rosario Central, máximo rival de Newells Old Boys, equipo que tiene los mismos colores que los alajuelenses.
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“Al principio para mí la verdad es que era medio raro jugar de rojinegro, pero son colores que he aprendido a querer, la gente me demuestra mucho cariño, entonces mientras no tenga el escudo de Newells está todo bien”, indicó.
Este sábado, Zabala jugará lo que será su primer clásico en el poco tiempo que tiene en Tiquicia y el chico, inscrito en el alto rendimiento erizo, se ilusiona con mucho más.