En la ciudad de Austin hay un restaurante con sello costarricense que se ha ido convirtiendo en un punto de encuentro para todos los ticos que viven en el estado de Texas.
Se trata de El Estadio Sports Bar, un local donde uno de los dueños es un nacional quien, además, es la prueba de que la persona que llega y suda la camiseta en Estados Unidos, tiene grandes posibilidades de triunfar.
Este sitio no es como otros locales ticos en este país, con nombres y decoraciones costarricenses, este es el típico bar deportivo, con meseras muy guapas y un montón de pantallas con distintos eventos deportivos. Además, está dirigido a un público no exclusivamente de Costa Rica, sino más bien latinoamericano, pero aún así también se ha ido ganando su reputación como “base” para todos nuestros coterráneos.
El protagonista de este historia es Luis Jiménez, oriundo de Golfito, quien ha vivido 25 de sus 62 años en la tierra del Tío Sam. Para él, su gran motivación fue darle la mejor educación a su hijo Sebastián.
“Trabajé con la Embajada de Estados Unidos y por eso tenía visa para emigrar para acá con mi esposa (Aurora Picado) y mi hijo. El mismo embajador me dijo que el mejor futuro para él (Sebastián) estaba acá, para que estudiara y aprendiera el idioma (inglés)”, comentó Jiménez, quien llegó y se quedó en Austin.
LEA MÁS: Así es pasear en un desierto en la ciudad de Phoenix
Como a la mayoría, a don Luis le tocó empezar de cero, en Costa Rica trabajaba en administración, pero al llegar a la Yunai le tocó ponerse a bretear en jardinería y construcción, pero eso duró muy poco.
“Un año después me sentí preparado y me animé a ponerme mi negocio. Las cosas en este país marchan rápido, o te subes al camión del emprendedor o te quedas”, sentenció y nos contó que su primera empresa fue una dedicada a poner puertas y ventanas para el área comercial y residencial, pero unas bien cariñosas.
“Miré que había facilidad de vender eso y de entrarle, el sector de la construcción siempre tiene mercado abierto. Todavía la tengo, pero solo en Internet, ahí consigo contratos y la otra parte del tiempo la dedico al restaurante”, añadió.
Antes de contarnos cómo se mandó a ese nuevo negocio, nos aclaró que además de sport bar es un restaurante, donde los niños son bienvenidos. Ya cuando cae el sol, sí se vuelve un ambiente más nocturno.
“Lo abrí hace dos años y lo hice para emprender, estamos acá para movernos, para experimentar. Me ha ido bien, aún hay metas por cumplir pero vamos a pasos agigantados. Los muchachos y muchachas son gente que ha trabajado en este negocio y ellos son mi universidad, yo soy el capitán y ellos mueven el barco. Es un mundo nuevo por aprender”, reconoció.
Asegura que poco a poco se va ganando fama como un punto de encuentro para costarricenses, pero dice que el ser tico, también le ha permitido jalar mucha clientela de todo el continente.
“Ya es un punto de encuentro. Para el partido (ante Colombia) se nos llenó y eran un 70% costarricenses. Para el martes (día del juego ante Paraguay) convocamos a los que vienen de Houston, Dallas y San Antonio ya que va a ser el punto de encuentro para irnos al estadio. Citamos temprano para empezar el ambiente acá, que convivan, se conozcan, coman y tomen algo y ya luego nos vayamos a apoyar a la selección.
“Acá atraemos muchos costarricenses y por ser tico soy muy querido por el colombiano, venezolano, mexicano y americano. Costa Rica tiene una estrella que lo hace figurar, la identidad del tico es reconocida y valorada. Lo he notado acá en el restaurante por la gran cantidad de clientes que me dicen que tenemos un país bello y que me ven como amigo por ser tico”, comentó.
En cuanto a las guapas muchachas que atienen en el lugar, dice que le deja a una mujer la tarea de entrevistarlas y buscar las mejores siluetas y perfiles para trabajar en el lugar.
Sobre la comida, dice que se han inclinado por recetas mexicanas, poniéndoles toque de otros países latinoamericanas para darles un toque único.
“Lo más parecido a un platillo tico son los chicharrones, que son muy gustados a los costarricenses porque los hacemos parecidos. Hay platillos parecidos a los casados, pero no podemos llamarlos así porque le gente se confunde. Usamos arroz blanco y frijoles negros, ahí va la esencia costarricense”, detalló don Luis.
Acá hago un paréntesis para destacar que fue el periodista Leonardo Cordero, de Columbia, quien nos dio la bonita recomendación de visitar ese lugar. El Mundialista se sacó un 100 con semejante consejo.
Jiménez nos confesó si espera regresar o no a Costa Rica y qué es lo que más extraña del país.
“Sí quiero volver, y pronto. Ya lo estoy maquinando. Son 62 años, tengo buena salud, pero esa buena salud quiero vivirla en Costa Rica para ir a las playas y montañas.
“La familia es lo que más se extraña y la manera tan tranquila en que se vive el día a día en Costa Rica. Recién llegado se siente mal de patria, luego se supera, pero no se pierde el amor por la patria”, mencionó.
Eso sí, cuando visita al país hay cosas que no lo hacen feliz, como las presas o las calles tan pequeñas.
Finalmente, le dio algunos consejos a quienes están pensando hacer vida en este país norteamericano.
“La vida aquí la hace cada uno, si vienen como un inmigrante normal, van a encontrar trabajo en construcción o en un restaurante. Pero si se sale de la patria es para emerger, emprender, hacer negocio. Aquí es todo muy abierto para emprender, no como allá que hay tantos procesos”, concluyó este exitoso empresario.