En el entrenamiento de la Selección de Costa Rica de este sábado hubo una camiseta de color anaranjado que de inmediato llamó nuestra atención, pues era una señora con la chema del Puntarenas FC.
Se trata de Lilliam Alemán, quien andaba acompañada de su sobrino Anthony Alemán, ambos nacidos en El Roble de Puntarenas, pero ella con más de 35 años viviendo en la tierra del Tío Sam y él con dos años en esa nación.
“La gente cuando está en Costa Rica, especialmente cuando es joven, piensa que al venirse la cosa es fácil, que los billetes están en los árboles, pero poco a poco va uno saliendo adelante, gracias a Dios que nunca me falló”, contó Lilliam sobre la decisión que tomó hace más de tres décadas de dejar el país.
E inmediatamente le preguntamos por qué decidió llegarse a la práctica de la Tricolor con la camisa del Puerto.
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“Para que se vea que soy del Puerto y porque hoy (sábado) juegan los Pelicans en baloncesto y hay que apoyarlos desde acá, siempre de corazón porteña y nunca me cansaré a apoyar al Puerto en fútbol y en lo que sea”, dijo esta fiebre.
Por su parte, Anthony dijo que ver a la Sele en su ciudad es una emoción muy linda.
-¿Qué es lo que más extrañan de Costa Rica?
“La familia, sobre todo, y las comidas, aunque yo cocino pura comida tica, pero a veces hace falta”, respondió ella.
“La familia y la comida costarricense que no tiene comparación, es algo que nunca se va a poder igualar en otro país”, aseguró el sobrino.
Lo único malo es que no los dejaron ver el entrenamiento. “Pero no importa, venimos a apoyar, acá estamos”, comentó doña Lilliam.