Marianela Araya fue de las referís más sobresalientes en el Clausura 2024 por su carácter en los momentos complicados y por la capacidad de conciliar con los jugadores rápidamente.
Eso le permitió formar parte del cuarteto arbitral del partido de vuelta de la final, en el que Saprissa quedó campeón.
En medio de la ceremonia de premiación, Araya conversó con La Teja y nos contó quién fue la persona que le ayudó a retomar la confianza que le permitió ser protagonista en este final de campeonato.
“Les agradezco que vean mi trabajo, porque son muchos años en primera división, debuté en enero del 2017 y ver tantos años pasar, antes de que llegara don Horacio Elizondo esto que me está pasando era un sueño, algo que no se veía.
“Realmente ver su apoyo, que él creyó, me dio un partido y luego otro, antes mis estadísticas eran solo un partido en la primera fecha y muchas gracias, pero ahora ver que sí creyó en mi trabajo, esta final fue un sueño cumplido.
“Él ha creído en mi trabajo, para Horacio el género le es indiferente, porque como he dicho en anteriores ocasiones, ‘el arbitraje es de decisiones y no es de género’”, comentó.
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La última semana de Araya fue de las más rudas en su carrera, porque en pocos días estuvo en dos finales, como central en la Liga de Ascenso en Jicaral, que dio el pase de Santa Ana FC a la máxima categoría y en el Saprissa - Alajuelense del Clausura como cuarta árbitra.
“Fue una semana muy estresante, porque el partido en Jicaral fue muy difícil por su clima desgastador y después otra presión de una final como esta”, amplió.
La emoción de impartir justicia en el partido más importante de la temporada comenzó días atrás cuando recibió su asignación, marcó un antes y después en su carrera.
“No voy a olvidar nada, desde que recibí el nombramiento, el apoyo de mi familia, el de Keylor Herrera, que nos conocemos desde los 14 años, él siempre me ha apoyado, después de mi embarazo me ayudó en los entrenamientos para mejorar mi rendimiento día a día, fue una final como de familia”, asegura.
Dedicación especial
Araya confesó quién se dejará la medalla que le dio la Unafut por estar en el cuarteto arbitral del domingo anterior.
“Mi hijo Santiago es el motor de todos los días, por el cual me levanto, entreno y trabajo, cuando le di la medalla de Liga de Ascenso estaba muy feliz, me dijo: ‘mamá, quiero llevarla a la escuela’ y ahora que le puedo dar esta medalla es increíble sentir esta sensación, a los que son padres saben lo que representa esto”, comentó.
Esa motivación le ha ayudado a destacar en el referato, como de las pocas que cuenta con gafete FIFA para pitar en eventos importantes.
Hablando de eso, le consultamos porqué ningún árbitro tico estará en la Copa América, lo que resumió como una decisión política que está fuera de las manos de Concacaf.
“Eso fue algo político, como es un torneo de Conmebol, ellos son los que escogen, Concacaf no tuvo tanta injerencia en la decisión.
“Costa Rica tiene mucho talento, tiene una de las mejores ligas de la confederación, pero eso fue totalmente político”, enfatizó.
¿Más partidos en el futuro?
Una pregunta inevitable fue si la sociedad costarricense está preparada que una árbitra pite un clásico nacional, lo cual respondió que sí lo ve posible.
“Claro que sí, yo espero que pronto también se vea como en Liga de Ascenso un cuarteto arbitral femenino, que alguna vez podamos ver un cuarteto femenino en la primera división”, cerró.
El juego en Tibás le dejó una gran enseñanza, que la paciencia en los momentos complicados siempre dan recompensa.
“Pensé el montón de veces que me dijeron que no podía estar en algún partido de primera división o Liga de Ascenso, ver tiempo después que sí se puede, que mi trabajo me respalda, definitivamente hay que despedazar esas barreras”, concluyó.
Buena decisión
Henry Bejarano, analista arbitral de La Teja, dice que una de las claves de un buen arbitraje es contar con personas de gran experiencia, por lo que para él haber puesto a Araya de cuarta árbitra en la final fue un acierto, porque manejar los banquillos no es nada fácil.
“Claro que es complejo, porque todos quieren ganar, muestran sus emociones y adrenalina, pero hay que saber trabajar con eso”, comentó.