Treinta años después del drama que les costó la vida a 96 aficionados del Liverpool, durante una avalancha humana en el estadio de Hillsborough y que traumatizó a toda Inglaterra, por fin comenzó el juicio contra un expolicía inglés al que se le responsabiliza de lo sucedido.
En total 96 personas seguidoras del Liverpool murieron en esta tragedia, la peor de la historia en el deporte británico, durante el partido de semifinales de la Copa de Inglaterra que enfrentó a los Reds con el Nottingham Forest, el 15 de abril de 1989 en Sheffield.
Cuando los aficionados del Liverpool se amontonaron en la entrada porque se acercaba el inicio del partido, la seguridad del estadio abrió una puerta que conducía a una parte reservada para aliviar la presión, pero los hinchas llegaron a una tribuna que ya estaba repleta de gente.
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Entonces se desencadenó la avalancha, provocando la muerte de 94 personas, aplastadas contra la reja que separaba el campo de las gradas. Más tarde fallecieron otras dos personas.
El entonces encargado del dispositivo de seguridad en el estadio, el excomisario David Duckenfield está imputado por homicidio involuntario por grave negligencia en 95 de las 96 muertes.
Actualmente retirado, Duckenfield no será juzgado por una de las víctimas, Anthony Bland, fallecido por las heridas sufridas cuatro años más tarde, debido a que la ley en vigor en esos años no permitía la acusación en este caso.
El policía acusado se ha declarado no culpable.
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Su juicio se celebra en el Tribunal de Preston, ciudad situada a unos 40 kilómetros al norte de Liverpool. La acusación comenzará a presentar sus argumentos tras la designación de los 12 miembros del jurado, cuyo proceso comenzó este lunes con la distribución de un cuestionario a un centenar de posibles miembros.
La selección se ve complicada por la duración, potencialmente muy larga, de este proceso histórico en torno a un drama que marcó profundamente al Liverpool y a toda Inglaterra, subrayó el juez Peter Openshaw.
“Sé que su convocatoria sugiere que un jurado solo dura habitualmente unas dos semanas, pero algunos juicio pueden durar más”, advirtió a los candidatos. “Debo encontrar un jurado, si puedo, para juzgar un caso importante que puede durar tres o incluso cuatro meses”, agregó, advirtiendo: “no prevean sus vacaciones”.
Acusado por no haber respetado las reglas de seguridad, Graham Mackrell, exsecretario general del Sheffield, cuyo estadio acogía el partido, también está imputado. Igualmente se ha declarado no culpable.
Los servicios de la Fiscalía (CPS) anunciaron en junio de 2017 la intención de continuar con el caso, tras un largo combate por parte de las familias de víctimas para obtener justicia.
"Mostraremos que la incapacidad de David Duckenfield para asumir sus propias responsabilidades contribuyó de manera importante en los fallecimientos", señaló el ministerio fiscal.
Otros dos expolicías, Donald Denton y Alan Foster, así como el abogado retirado Peter Metcalf, que había representado a las autoridades, serán juzgados en septiembre, acusados de haber intentado acallar el caso y poner trabas a la justicia.
El drama de Hillborough empujó a las autoridades a cambiar radicalmente las normas de seguridad en los estadios ingleses, terminando con los espacio de pie en las gradas y con las rejas que separaban el terreno de juego de las gradas.