El asistente del partido del martes entre Herediano y Puntarenas, Fabián Baltodano, se jaló un par de tortones ya que embarcó dos veces al árbitro central Adrián Chinchilla.
Ese es el criterio del analista arbitral Orlando Portocarrero, quien dijo que hubo tres acciones polémicas en el encuentro y, en dos de ella, a Chinchilla lo embarcaron.
Las jugadas de las que habla son de la expulsión del delantero porteño Jurguens Montenegro por celebrar un gol y la forma en que le anularon un gol al Team, en esas dos influyó Baltodano y fueron las más graves.
La tercera fue terminar el partido cuando los chuchequeros armaban un contragolpe con más jugadores que el rival.
“La regla dice que los jugadores pueden celebrar un gol sin extralimitarse, algo que no hizo Jurguens, que no se deben alentar las coreografías y no lo hizo, que no debe perder tiempo y tampoco lo hizo, y que no se puede trepar a las vallas o acercarse a la gente. Nada de eso hizo.
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“También se puede amonestar si se celebra de forma provocadora o exaltada. Él hace un ademán de llevarse los dedos a los oídos e introducirlos, como si fuera un tapón. En un principio pensé que se tocaba las orejas, pero ese gesto no da para expulsión y no sé qué interpretó Baltodano”, dijo.
Sobre el gol florense anulado, dijo que el jugador sí estaba en posición prohibida, pero la bronca es que el línea corrió al centro, como validando el gol, algo que también hizo Chinchilla.
“Hubo un pésimo manejo, eso le puede pasar a un principiante, pero este muchacho estuvo en la Comisión, tiene recorrido, embarcó a Adrián que sacaba bien el partido”, expresó.
Sobre el tiempo de reposición, dijo que eran siete minutos y se perdieron cuatro en una lesión y falló al terminar el juego cuando el Puerto montaba un contragolpe.
“Después de la expulsión, el árbitro perdió fuerza, bajó el rendimiento. Lució desconectado”, analizó.