La volante Mariela Campos, exjugadora del Deportivo Saprissa, nos abrió su corazón para contarnos cómo fue quedarse sin trabajo por la crisis del fútbol femenino.
La jugadora, de 26 años, estudia su licenciatura en Nutrición y, gracias al club morado, tenía un ingreso para salir adelante, pero desde que el Monstruo anunció, el 9 de enero pasado, que retiraba su equipo de la primera división, el panorama es turbio y sin un rumbo fijo.
Campos conversó con La Teja y relató cómo es su día a día fuera de las canchas.
- ¿Cómo se tomaron la noticia de que el equipo no seguía en primera división?
De hecho fue algo sorpresivo, parcialmente, porque no teníamos idea, pero días antes nos habían comunicado que el lunes siguiente a esa semana empezábamos entrenamientos. Nosotras estábamos preparadas para iniciar una pretemporada regular, pero sí con el entendimiento, y por eso te digo parcial, de que habían muchas cosas pasando.
Desde hace dos años pensábamos que podía ser una opción. Sí fue sorpresivo para nosotras, pero todo se filtró un día antes por la noche y nos citaron a una reunión a las 7 de la mañana, ahí nos lo comunicaron y unas horas después fue que salió ya la opinión pública.
- ¿Por qué pensaba que esto iba a pasar?
Esto es como una bola de nieve, por lo que ha venido pasando. Por ejemplo, Heredia anunció que ya no iba a seguir con su equipo femenino, Pérez Zeledón anunció que ya no iba a seguir con su equipo femenino, son cosas que normalmente en otras ligas no pasan y cuando ellos deciden no seguir con el equipo femenino hay alarmas, o sea, por qué no quieren seguir con el equipo femenino, qué hay en cuanto a estructura, en cuanto a financiamiento, un montón de cosas que no les están favoreciendo.
- ¿Cómo fue esa mañana del 9 de enero, cuando les dicen que no seguirán compitiendo en primera?
Ese día fue muy triste, porque pese a que la noticia más o menos se había filtrado el día anterior, había esperanza de que nos comunicaran otra cosa. Pero cuando nos sientan a todas, escuchando que Saprissa no va a seguir, fue muy triste, porque más allá de nuestro trabajo, es nuestro sueño, es nuestro equipo.
Hubo llanto, hubo enojo y mucha incertidumbre. Después de eso nos fuimos a desayunar y a liberar un poco las penas, pero sí fue muy, muy triste, principalmente.
- ¿Cómo han sido estos días fuera de cancha?
Ha sido de procesar emociones, ahorita me estoy graduando de licenciatura en Nutrición y estoy terminando mi tesis, entonces, por dicha, he estado muy ocupada. Me fui a vivir a Curridabat, en gran parte porque ahí está el Centro Deportivo a finales del año pasado, y ha sido un proceso de acomodo, de muchos cambios.
- Y además del fútbol, ¿tiene otros ingresos?
En este momento el fútbol era mi trabajo y con esto hay muchos factores que entran en juego. Hay mucha incertidumbre en el torneo, entonces irme para otro equipo o irme al extranjero es muy confuso, he pensado hasta si dejar de jugar y enfocarme en mis proyectos, pero todo es tan reciente que tomar una decisión es muy difícil.
He estado en charlas con algunos equipos de aquí y de afuera, pero en el extranjero el mercado está cerrado, ya hay muchos equipos que empezaron torneo. A nivel nacional hay incertidumbre, porque no se jugará el torneo de Copa y hay dudas con el campeonato nacional.
- ¿Cuáles proyectos está valorando en el plano laboral?
Me gusta la nutrición deportiva, la parte del rendimiento deportivo y me gusta mucho también enseñar en la parte de fútbol, ser entrenadora, afortunadamente tengo licencias y he valorado abrir una academia.
Falta de voluntad
- ¿Hay una crisis en el fútbol femenino?
Sí, al final ya entrar en términos de que es una crisis o no, es quitar atención porque están pasando cosas negativas, o sea, que yo me quede sin trabajo es una cosa negativa, que mis compañeras se queden sin trabajo es una cosa muy negativa.
Que un equipo como Saprissa, el equipo más importante del país, no participe en el campeonato femenino, es negativo.
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- Ustedes son las principales perjudicadas, ¿qué acciones están tomando para que esta situación cambie?
Lo que hemos querido en estas primeras semanas es mantener la noticia viva. Queremos expresarle a la gente que hay una problemática, y que se necesitan soluciones, que no están rindiendo cuentas las entidades que tienen que rendirlas.
Al final, más allá de eso, ahorita no hay muchas acciones que nosotras podamos tomar, más que esperar, porque sí sabemos que ya a nivel federativo y a nivel de Uniffut tienen que tomar decisiones, y eso es lo que esperamos con la presión mediática de alguna manera, entonces esas son las acciones que ahorita estamos tomando.
- ¿Cree que Saprissa tomó el camino más fácil?
El día de la reunión a nosotros nos comunican que ellos desde hace más de un año hicieron propuestas, ofrecieron recursos económicos para favorecer a la liga, y lo que nos dijeron es que Uniffut no aceptó la ayuda.
Saprissa de alguna manera sí tuvo voluntad para seguir, la institución ha tenido al equipo por más de 10 años y siempre apoyaron y nos dieron las condiciones y trataron de que cada vez esas condiciones fueran mejores.
En este momento se podría considerar que toman la ruta fácil, pero no todo es como tan blanco y negro, de que ellos son los malos.
- ¿De quiénes faltan voluntad para que el fútbol femenino mejore?
Creo que es una cuestión a nivel de organización, tanto de la Fedefútbol como de la Uniffut, que son los encargados de manejar la liga femenina, son los que no quieren ceder, y entendemos que hay intereses políticos.
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¿Por qué no hay más claridad de lo que está pasando? ¿Por qué no hay más claridad hacia nosotras las jugadoras de lo que puede pasar? Entonces se suspende un torneo y listo y no pasa nada, y nosotros seguimos meses de meses sin jugar y hay cosas que nosotras no podemos hacer.
Trabajamos muy duro, yo he jugado por más de 10 años y yo veo a mis compañeras, es un sacrificio muy fuerte, y necesitamos una organización muchísimo más robusta.
- ¿Qué mensaje podrías dar a una niña que quiere ser futbolista y está viendo todo lo que pasa en el fútbol femenino?
En general, el querer deportista es un sueño valiente y que siempre voy a impulsar y a fomentar. Una niña que quiera dedicarse a jugar fútbol o un niño que quiere dedicarse a practicar cualquier deporte a un alto rendimiento, siempre lo voy a impulsar.
El deporte me ha definido en un montón de maneras me ha hecho parte lo que soy, entonces eso para mí siempre va a ser una decisión muy valiente, pero en Costa Rica es muy difícil ser deportista de alto rendimiento.