Así como lo hizo en la cancha, el exdefensor morado Henry Campos ha tenido que luchar para sacar adelante a su familia y ya venció un ataque bravo, la pandemia, la cual más bien le abrió más puertas.
Campos vive desde hace 17 años en Nueva Jersey, Estados Unidos, país al que llegó con la meta de conseguir plata y así pagar su casa y poco a poco se fue quedando.
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El tico vive allá con su esposa Yamileth y con sus hijos Bryan y Merian. En este momento está tramitando la residencia norteamericana y por eso desde que dejó Tiquicia no ha podido volver, pero espera en un par de años, cuando su situación migratoria esté en orden, darse la vuelta por el país que lo vio nacer.
Hasta hace un año, Henry trabajaba en un restaurante como mesero, pero a causa de la pandemia estuvo sin trabajo por dos meses.
Cuando la estaba empezando a ver ruda apareció un conocido y le pidió que le ayudara con una pescadería que tiene en un supermercado y comenzó de cero, pues no conocía del tema.
“También una amiga me pidió que le ayudara con los eventos que organizaba y poco a poco se me fue sumando la familia. Tomamos órdenes, servimos comidas y bebidas y cada uno tiene una cantidad de mesas asignadas para atender a los clientes”, destacó.
En la pescadería Henry trabaja todos los días por la mañana y de jueves a domingo colabora con los eventos.
Pero además, el exjugador y su esposa se dedican a la exportación de café. En la tierra de tío Sam se dedican a la distribución de Café Huetar, una marca de yodito que llega a los supermercados de Nueva Jersey para que la colonia tica se dé gusto con el grano de oro.
“En Costa Rica tenemos un colaborador, Víctor Núñez, que se encarga del tema de la distribución. Le compramos la materia prima a una finca, el café se procesa en Tres Ríos y ellos nos lo alistan para enviarlo acá. La venta bajó un poco por la pandemia, pero poco a poco nos vamos recuperando”, explicó.
Campos dice que para lo que muchos ha sido una maldición, para él ha sido una bendición.
“Gracias a la pandemia llegué a tener dos trabajos, aquí hay que hacerle lo que sea para salir adelante y nos va bien, gracias a los eventos siempre estamos juntos”.
Sus inicios
Henry tiene 53 años, nació y se crió en Cinco Esquinas de Tibás y cuando tenía 15 probó suerte en las ligas menores de Saprissa como defensor.
“Me inicié en equipos de Copey, había uno que se llamaba Cinco Esquinas Fútbol Club. El papá de un amigo me dijo que fuera a hacer una prueba a Saprissa y en 1984 probé con las reservas del club.
“Estuve jugando con la reserva un tiempo, en ese entonces la reserva tenía dos equipos: el Bayer y Lacsa. Ahí estuve y a los 19 años, don Raúl Betancourt me llamó para el primer equipo”, recordó.
El exzaguero contó lo emocionado que estuvo cuando debutó con los colores morado y blanco.
“Es algo no se puede describir, yo estaba en la reserva y ese día estaba entrenando con los titulares, pero nadie jugaba conmigo. Don Raúl detuvo el entrenamiento y le dijo a todos que yo iba a jugar.
“Siempre apoyo a Saprissa en las buenas y las malas, pero siento que el fútbol necesita reinventarse, que se le dé más atención a los semilleros”.
— Henry Campos, exjugador Saprissa.
“Me tocó compartir con Evaristo Coronado, Carlos Santana, con Guimaraes, ya habían llegado Róger Flores, Medford. Era un camerino grueso”, destacó.
Henry jugó por lapsos con el Sapri, porque sufrió una lesión en el hombro izquierdo y luego de una operación lo dieron a préstamo con equipos de segunda división como Curridabat y también estuvo en Pérez Zeledón, cuando ascendió a la máxima categoría.
“Estuve en Sagrada Familia, con Goicoechea Saprissa y volví al primer equipo morado, en donde estuve en un Torneo de Copa y jugamos con el Borussia Dortmund de Alemania. Estuve también en Turrialba, jugué nuevamente en Saprissa y me querían en San Ramón, pero no pagaban bien y pedí que me liberaran.
“Jugué en El Salvador, en el Santa Rosa de Lima y con la Asociación Deportiva Limeño. Volví al país para jugar con Barrio México y me lesioné la rodilla derecha y ya luego me dediqué a estudiar, soy administrador de empresas con énfasis en gerencia”, manifestó.
Necesitaba plata
Henry se casó en 1999 y cinco años después tomó la decisión de dejar Costa Rica.
“Trabajaba para Correos de Costa Rica, era subdirector de tratamiento postal y me descendieron al puesto que tenía anteriormente, que era jefe de oficina de correos. De la noche a la mañana me bajaron el sueldo a la mitad y necesitaba pagar la casa y por eso nos fuimos a Estados Unidos.
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“Ya había nacido Bryan (su hijo mayor) e inicialmente fuimos una temporada para sacar la casa y nos quedamos. Vivimos en New Jersey y en este tiempo he aprendido a hacer de todo, desde pintar, hasta lavar platos”, afirmó.