Unas fotografías en las que aparece en un bar porteño el cuarteto arbitral que el domingo pitó la final de la Liga de Ascenso entre Jicaral y Guanacasteca atizó el fuego.
En las imágenes aparecen el central David Gómez, los líneas Leslie Macre y Mauricio Córdoba y el cuarto árbitro, Rigo Prendas. Salen sentados en una mesa en la que se ven varias botellas de cerveza y están acompañados por dos mujeres, una de ellas con una camiseta del club jicaraleño.
Según se sabe, la foto fue tomada cerca de Jicaral. Eso es algo poco recomendado, lo ideal después de una mejenga es que los árbitros se vayan para evitar cualquier problema.
Los referís además vestían el uniforme que les da la Fedefútbol para después de los partidos, o sea, era fácil identificarlos aunque no sean muy conocidos.
Dos exárbitros consultados por La Teja piensan que lo ocurrido es lamentable y creen que deja en entredicho el profesionalismo de los jueces y que, en una situación ideal, se les debería sancionar.
Ramón Luis Méndez dijo: “Esto es parte de lo que vive el arbitraje. Parece que no les interesa mucho o poco, aunque es obvio que esto no deben hacerlo, debería haber directrices para evitarlo”.
“Sigo insistiendo en que a los árbitros les hace falta un grito y un golpe en la mesa para que entiendan y el que no quiera hacerlo pues se saca. Es muy lamentable (lo que se ve en la foto) porque afecta a todo el gremio arbitral”, indicó Ramón Luis.
El analista de Teletica Deportes considera que una situación así es muy fácil de malinterpretar porque, aunque los silbateros no estuvieran haciendo nada indebido, es sencillo pensar lo contrario.
“Algunos podrían interpretar que estaban celebrando que hubiera ganado Jicaral, aunque estoy seguro de que no fue así, pero no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas”, dijo Méndez.
Para Ramón si hoy los árbitros reclaman mejores condiciones, derechos laborales y que se les reconozca como profesionales se deberían comportar como tales.
“Yo les prohibiría a los árbitros estar cenando o almorzando donde pitaron. Además, recuerden que el árbitro es cubierto antes, durante y después del partido. Entonces también lo preocupante es que ellos estaban tomando en horas laborales”, destacó.
Berny Ulloa, de gran experiencia en el mundo arbitral, cree que los silbateros se expusieron más de la cuenta porque si hubieran llegado al bar aficionados de Guanacasteca y los veían se pudo haber armado un problema.
“Uno como árbitro, por norma general, no se puede quedar en un lugar donde dirigió un juego y menos irse a meter luego a una cantina donde hay aficionados del equipo ganador”, indicó Ulloa.
Don Berny no se anduvo por las ramas. Piensa que deben sancionarlos, aunque cree que con la Comisión de arbitraje actual no sucederá nada de eso y se harán de la vista gorda.
Opina, eso sí, que la Liga de Ascenso o la Fedefútbol debería investigarlo.
“Ellos no pueden hacer eso y menos quedarse después con muchachas, ¿en qué andaban ahí? ¿Se quedaron porque el partido lo ganó el equipo casa?, nunca jamás eso se puede hacer”, dijo el mundialista de México 86.
Le pedimos su criterio a Óscar Alfaro, presidente de la Comisión, pero no quiso hablar del tema.