Ricardo Montero cumplirá el sueño de pitar su primer Mundial en Rusia, en junio entrante, diez años después de su debut en la Primera División.
A sus 32 años, el oriundo de Goicoechea no solo hará realidad su meta personal, sino también la de su papá, don Ricardo Montero Barrantes, árbitro durante 18 años y retirado de las canchas hace 22 años.
A Ricardo papá, actual asesor arbitral, lo contactamos para saber cómo tomaron en la familia la noticia y en especial él, quien fue el responsable de heredarle el gusto por las reglas del fútbol no solo a su hijo mayor, también a su hijo menor, José Daniel.
–¿Qué significa para usted que su hijo vaya a pitar en un Mundial?
–Es un gran orgullo y alegría para la familia y más para mí como exárbitro. Ver que logró ese sueño que muy pocos alcanzan y que es el sueño de todos.
Es difícil ser elegido para pitar en un Mundial, porque son muchos los árbitros y pocos los escogidos.
Él, a base de esfuerzo, lo logró.
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–¿Qué siente que le ayudó a su hijo para conseguirlo?
–Son muchos años sin un árbitro (central) en un Mundial, el último que lo logró fue William Mattus, en Japón- Corea 2002.
Ricardo venía trabajando desde hace años, gracias a Dios se fue involucrando desde muy joven, tiene condiciones como árbitro, como persona, eso le ha ayudado; el sacrificio hecho.
Él vive del arbitraje, se prepara las 24 horas del día, está dedicado a esto. Terminó su carrera de Administración de Empresas y por esas cosas de la vida, se le pudo dar la educación necesaria, estuvo en un colegio bilingüe y aprender inglés le abrió más las puertas (en el arbitraje).
–¿Cuándo se enteraron de la noticia?
–Todo el mundo piensa que eso se supo este año, en estos días, pero para la designación, ellos (los árbitros) vienen preparándose desde hace cuatro años.
La FIFA hace una labor de preselección, arrancó el proceso con árbitros de todo el mundo y Ricardo fue uno de ellos. A base de calificaciones, partidos y demás, estuvo designado a nivel de FIFA.
Ahorita (la entrevista se hizo el miércoles 25 de abril) está en Florencia, Italia (regresaba el sábado 28 de abril), con todos los árbitros que van a Rusia. Ayer (martes) hizo pruebas físicas y ahorita (mañana del miércoles) avisó que las pasó, ese era el último escalón (rumbo al Mundial).
–¿Tiene otro hijo, además de Ricardo?
–Sí, son dos, el otro se llama José Daniel Montero, tiene 23 años y también, en el proceso de la vida se metió al arbitraje, ya está pitando en la Segunda División desde hace 2 años y vamos a ver cómo le va.
Él de profesión es preparador físico.
–¿Cómo empezó usted en el arbitraje?
–Yo trabajaba en Ciudad Neily, era agrónomo y viajaba a San José.
Siempre me gustó el fútbol, jugaba y cuando fui a trabajar a la zona sur tuve que dejarlo por el trabajo. Había un señor que era árbitro, don Salomón Chavarría y me invitó a una reunión, fui a ver qué era el asunto y me gustó (el mundo del arbitraje).
Me retiré a los 38 años, pero nos hemos mantenido ahí, he seguido trabajando como miembro de la Comisión de Arbitraje, la subcomisión y ahora trabajo como asesor en temas arbitrales, vemos y evaluamos el trabajo de los réferis, ponemos una nota y damos un informe a la comisión.
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–Como papá, ¿qué significa ver este logro de su hijo?
–Se me sale el corazón, es algo muy lindo, es una experiencia grata ver que lo logró, que uno fue parte de eso, porque desde joven él me acompañaba a todas las actividades, a los entrenamientos y a los partidos.
Creo que eso le facilitó mucho, porque cuando empezó a trabajar, ya conocía el ambiente. Ricardo empezó en el arbitraje mientras estudiaba y como le ha ido tan bien, se ha dedicado completamente al arbitraje y a nivel de FIFA debe tener mucha disponibilidad.
–¿Qué piensa del uso de la tecnología VAR (ayuda con video) en el próximo Mundial?
–La tecnología es buena en algunas cosas, yo estoy a favor de que se use para saber si el balón entró o no, pero hay cosas que complican, porque son de apreciación del árbitro.
Van dos |
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Además de Ricardo Montero, el línea tico Juan Carlos Mora también fue seleccionado para trabajar en el Mundial ruso, en junio entrante. |
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Los jugadores dicen que hicieron algo sin intención, pero eso la FIFA no lo califica, lo único que se mide como "con intención o no", es si toca el balón con la mano.
A él lo monitorean día a día, tienen un reloj especial que les da Concacaf para reportarse todos los días: qué comieron, cuánto tiempo ha descansado, qué ha comido, etc.
–¿Por qué siente que en sus tiempos era más difícil tener la oportunidad que está viviendo su hijo ahora de ir a un Mundial?
–Yo ingresé a FIFA en 1992, éramos tres: Greivin Porras, Jorge Cantillano y yo.
Fuimos los primeros asistentes internacionales, estuve en una eliminatoria mundialista como línea y en una final Intercontinental, pero ya no quería ser línea, quería ser árbitro y por eso seguí pitando solo aquí.
–¿Qué habla usted con su hijo sobre arbitraje?
–Siempre conversamos de los partidos, tratamos de que si lo designan, conversar y analizar aspectos del partido de acuerdo a la experiencia que tiene.
Yo le comento alguna situación, le digo si lo está haciendo bien o no. A nivel mundial es otra cosa, a Dios gracias que en este último juego que dirigió, en la ida de la final de Concacaf entre Toronto y Chivas le fue bien, fue un partido excelente en la parte arbitral.
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–¿Cuál es el secreto de un buen arbitraje?
–Involucra muchas cosas. Desde la designación (al partido que pitará) el árbitro debe mentalizarse, analizar a los equipos, jugadores, qué responsabilidad tiene, el nivel en el que está, la calificación de los equipos.
Saber, por ejemplo, en qué etapa (de un torneo) están esos equipos, saber cómo está el clima en el lugar que le tocará ir a pitar.
Ojalá estar viendo videos de los equipos, porque a los árbitros les avisan con tiempo a cuál partido irán.