Evaristo Coronado podría conseguir este domingo su primer campeonato como gerente deportivo del Saprissa, cargo al que llegó en agosto del año pasado, después de la salida de Paulo Wanchope.
El "Caballero del fútbol" tuvo que aguantar el aguacero de críticas cuando al técnico Vladimir Quesada no le salían las cosas. Él asegura que, aunque pierdan este domingo en la tarde ante el Team, apoyará al cuerpo técnico porque, de no hacerlo, sería ser muy fanático después de las cosas buena que ha hecho Vladi y su asistente técnico Víctor Cordero.
La Teja conversó con el goleador histórico de los morados sobre este tema y otros referentes a la temporada que concluye este domingo.
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–¿Cómo se siente a pocas horas de que se juegue la final?
Tal vez un poquito ansioso, es la culminación de un torneo bastante complicado.
Uno hace el trabajo al formar un grupo, primeramente con el cuerpo técnico y luego con los jugadores. Después de ahí, hay que tratar de facilitarles las comodidades para que puedan trabajar de la mejor manera, luego es poco lo que uno puede hacer.
Dichosamente el cuerpo técnico ha hecho una gran labor, los jugadores han respondido y poco a poco el equipo ha ido mejorando hasta llegar a la final tan esperada.
– ¿Cuál ha sido el momento más duro para usted en este torneo?
Lo más duro fue cuando llegaron las lesiones, se cuestionaba el trabajo de Vladimir, había mucha presión; sin embargo, la teníamos clara.
No necesariamente lo que se maneja en los medios es lo que uno debe atender, debe atender lo que ve en el trabajo semanal del cuerpo técnico y jugadores. Dichosamente, el tiempo nos ha dado la razón, podemos decir que tenemos un equipo que está disputando la final ante el Herediano.
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– Hablemos del caso de Johan Venegas. Por el rendimiento mostrado por el jugador, ¿siente que se equivocó al traerlo al Saprissa?
–No, creo que ha ido creciendo, es un jugador que estuvo inactivo algunos meses y le ayudamos al país a recuperar un jugador que es de Selección.
Cuando se le llama, fue porque su trabajo venía en crecimiento, indudablemente es un gran jugador.
En un equipo como Saprissa, tal vez la gente no lo haya tomado muy en cuenta, pero (en este torneo) incorporamos seis jugadores nuevos, los compañeros tenían que conocer cómo se movía Johan, si le tiraban al pie la bola o al espacio; eso nos costó bastante.
Pienso que el equipo, como equipo, se fue viendo en los últimos seis juegos, donde se ha visto más regular. Mucha gente criticó a Johan porque el grupo era muy heterogéneo al inicio y, aparte de eso, tres de los refuerzos venían sin ritmo (Ariel Rodríguez, Christian Bolaños y Venegas), entonces el cuerpo técnico iba dosificando, lo hicieron de manera muy sabia y al final, en siete u ocho juegos, se ha visto más regular, la gente ya no presiona y creo que los resultados respaldan.
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– ¿Se volvería a traer a un jugador que lo quería Alajuelense o Herediano como pasó con el caso de Johan?
–La verdad, cuando hablamos el tema de Johan, lo hablamos con un representante de la MLS (de los Estados Unidos, donde jugaba el volante). Él no era jugador de Alajuela, es mentira que se le quitó un jugador a Alajuela, eso lo dicen para generar morbo.
Si hubiera sido de Alajuela, el procedimiento es hablar con ellos (los directivos manudos), ver si está disponible, tal y como ellos lo hicieron con (Jonathan) Moya, cuando se acercaron a nosotros, hablaron con el presidente , le dijeron que estaban interesados en el futbolista, aún cuando no lo habíamos firmado.
Ellos estaban en su derecho de hacerlo, lo que pasa es que los periodistas le ponen salsa.
En el caso de Moya, ellos lo hicieron de forma correcta, creo que la relación que tenemos con la dirigencia de la Liga es buena e importante para el fútbol nacional, que estos dos equipos estén en muy buen nivel siempre es bueno y creo que por eso se vio una cuadrangular tan bonita, porque ahí estuvo Alajuela presente.
– Cuando a usted le corresponde buscar entrenador el torneo pasado, tras la salida de don Carlos Watson por un tema de salud, ¿por qué decidió ofrecerle el puesto a Vladimir Quesada?
Ya sabíamos que don Carlos no venía bien, yo ya había hablado con Vladimir, que si algo sucedía de emergencia iba a necesitar la colaboración de él y de Víctor (Cordero), que eran los dos que estaban cerca de don Carlos, conocen a la perfección al grupo.
Me parecía que era importante darle continuidad al trabajo, era válido por ser gente con arraigo morado y ellos dijeron que estaban aquí para servir a la institución en el momento que los ocupáramos.
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Cuando nos enteramos que don Carlos no seguía, la respuesta de ambos fue inmediata, no tuve que convencer a nadie, ni negociar el salario; esos temas no se hablaron, eso es para que tengan una idea de la calidad de personas que son ambos.
Cualquier otro hubiera dicho si iba a ganar más por ser el técnico y ellos simplemente dijeron que si los necesitábamos, ahí estaban.
– ¿Usted tenía un plan B si Vladimir y Víctor le decían que no asumían la dirección técnica?
Sí, sabíamos lo de don Carlos hacía rato, teníamos otras opciones; sin embargo, la número uno eran ellos porque venían trabajando con el grupo desde hacía tres torneos, conocían al grupo.
– Al inicio del campeonato, cuando la afición se metía con Vladimir y pedían a Wálter Centeno, ¿pensó en despedirlo?
No, no. Por ejemplo, mi oficina está en el CES (Centro de entrenamiento Saprissa en Belén), en una parte alta y desde ahí veo que, cuando el entrenamiento es a las 8 de la mañana, a las 7:45 a.m. ya el cuerpo técnico está ahí y los jugadores también.
A las 8 a.m. hacen círculo, una oración y arrancan el trabajo tal cual se los piden, terminan el entrenamiento y todos ordenados se van al camerino.
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Si alguno llega tarde, se le multa, en el partido hay cambios y uno ve que se hace el cambio que tal vez uno estaba pensando, sabe que fue un cambio razonado y bueno; evidentemente hemos visto que la mayoría de cambios han dado resultado.
Entonces, cuando un entrenador tiene lectura de juego, control de camerino, es respetado por sus jugadores, dígame qué más puede buscar usted de un entrenador.
– Curiosamente Vladimir tiene todo eso menos el título de entrenador.
Difícilmente hay entrenador en el torneo local que tenga más conocimiento o preparación que Vladimir, sin embargo, él debía cumplir un requisito.
Ahora está a la espera de que le entreguen el título (la licencia A), tengo entendido que se lo dan a final de mes. Él tiene todos los atributos para ser entrenador.
–¿Qué hará si no gana la final y el aficionado empieza a pedir el despido de Vladimir?
No podemos caer en decisiones emocionales, tenemos que ser más fríos a la hora de tomar una decisión, porque si caemos en eso, nos pasa como otros equipos que desarman la planilla de jugadores porque cada técnico que ponen pide sacar y traer jugadores nuevos.
Al final de uno o dos años, ya no tienen equipo. Esto es muy importante que la gente lo entienda, no es que uno no los atienda, todos queremos ganar, pero no se puede siempre y eso es parte del deporte.
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Si como le digo, uno observa que un entrenador llega tarde, que los jugadores ni hacen caso, no hace bien los cambios, yo soy el primero en levantar la mano, pero si no veo esas cosas, tengo que ser frío e inteligente, aguantar de la forma necesaria la presión (si no es campeón) hasta que las cosas mejoren.
Uno está acostumbrado a esta vida aquí, en Saprissa hay que aguantar el chaparrón y esperar a que los resultados se empiecen a dar.
–Para terminar, ¿se sufría más como jugador o ahora como gerente deportivo?
–No sé si es exactamente sufrir, es esa ansiedad, ese deseo que venga el partido, si lo podremos sacar.
Es algo similar a cuando era jugador, estamos con esa ansiedad que teníamos que cumplir, cierto que ahora es más complicado por ser la cabeza deportiva y en la cancha no puedo hacer nada, solo esperar que quienes estén ahí, rindan el examen de la mejor manera.
Si pierdo una final y el técnico lo hizo bien en el torneo, no voy a decir que tengo que cambiarlo ahora por eso.
Sabemos que ambos (Vladimir y Víctor) han hecho un gran trabajo y si pierden el domingo, ¿ya no hicieron un buen trabajo? Eso sería un pensamiento fanático ver el fútbol de esa forma y en nuestro caso no podemos ser fanáticos.