Cuando Allison Brookman llegó a la escuela secundaria Reed Custer a buscar a su hijo Anthony, de 14 años y quien estaba en un entrenamiento de fútbol americano, supo que algo no andaba bien.
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“Uno sabe de alguna manera cuando a un hijo le duele algo o está triste. Cuando me detuve, vi esa misma mirada en su cara. Se notaba que estaba herido”. le dijo Brookman a la BBC.
Después de que su madre insistiera para saber lo que le pasó, Anthony reconoció que había sido "acorralado" por cuatro jugadores veteranos del equipo de fútbol.
Pero no fue hasta que lo llevó al hospital para examinar sus heridas cuando supo exactamente lo que le había pasado.
Anthony había sido golpeado y abusado sexualmente como parte de un violento ritual de iniciación, novatada o bautizo, como se conoce en algunos países.
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“El primero de ellos me pegó dos veces y me tumbó al suelo, me pateó en el lado derecho de mis costillas. Mientras el cuarto me sacó los shorts, me abrieron las piernas para que pudieran meter su dedo en mi, tu sabes, esa parte del cuerpo” contó Anthony a la cadena CBS.
Allison dijo que cuando escuchó esta historia en el hospital ella y su esposo quedaron horrorizados.
“Ellos no solo te dieron una paliza, ¿también trataron de manosearte?”, recuerda que le preguntó. En ese momento mi hijo nos miró y dijo: ‘No te preocupes mamá, no te preocupes papá, no lo lograron. Ese fue probablemente el límite para nosotros dos", reconoció Allison.
Efecto dominó
Ahora la familia está demandando a la Unidad de la Comunidad Reed-Custer del Distrito Escolar 255 en Braidwood, Illinois, acusándola de no haber sido capaz de prevenir el ataque y por supuestamente no haber respondido de manera adecuada una vez conocieron el incidente.
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El superintendente Mark Mitchell defiende las acciones de la escuela y dice que los jugadores fueron castigados “de acuerdo a los términos del Código de Conducta de Atletismo del distrito escolar”. El centro educativo se está defendiendo de la acción legal.
Tres de los presuntos atacantes también fueron acusados como adolescentes de asalto agravado. Su nombres no han sido revelados debido a que eran menores en el momento que ocurrió el ataque.
Mientras este caso se resuelve en los tribunales, otros incidentes similares han salido a la luz.
En Maryland, cuatro miembros de 15 años del equipo de fútbol de la escuela secundaria Damascus fueron acusados de violar a un compañero más joven con un palo de escoba como parte de los rituales de iniciación, además de haber tratado de hacerlo con otros.
La fiscalía describió con escalofriantes detalles como los supuestos atacantes acorralaron a cuatro compañeros novatos en el vestuario.
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"Es el momento", uno de ellos dijo antes de que todos atacaran a la primera víctima, aguantándolo hacia abajo y sodomizándolo con la escoba.
Están siendo enjuiciados como adultos. Un quinto sospechoso fue acusado como menor.
Otro caso sucedió en la ciudad de Toronto, en Canadá. Siete jugadores de fútbol americano de entre 14 y 15 años del centro de educación St. Michael College enfrentan cargos por ataques sexuales en grupo relacionados con tres casos de iniciación diferentes.
En uno de ellos, se habría publicado un video en Internet en el que se muestra a un compañero mientras es penetrado por una escoba.
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Estos casos han tenido gran repercusión y han avivado el debate sobre la necesidad poner fin a los rituales de iniciación en el deporte.
Y también, inspirados en el movimiento #MeToo, ha habido víctimas que han compartido sus historias.
¿De qué se trata?
El rito de iniciación es la forma en la que los miembros de un grupo tratan de avergonzar y humillar aquellas personas que son nuevos o aspiran a formar parte de ese grupo para demostrar su valía y sentido de fraternidad.
"Estamos hablando de fuerzas muy poderosas, del deseo de pertenecer a algo y querer formar parte de una comunidad", explicó Jay Johnson, experto en la cultura de iniciación en equipos deportivos y profesor de la Universidad de Manitoba.
Aunque en muchos casos los ritos suelen ser relativamente inofensivos, como forzar a un compañero a transportar el material deportivo para un entrenamiento o cantar frente al resto de sus compañeros, también hay otros en los que predomina la intimidación y se llega al abuso físico y sexual.