Andrés Carevic no pudo dar la conferencia de prensa luego de que terminó el partido entre Alajuelense y Herediano en el estadio Fello Meza, el domingo anterior, por un mareo y un malestar general. Algunos hablaron de un subidón de presión.
Aunque la Liga no dio mayores detalles del problema de salud que tuvo el técnico argentino, lo que ocurrió puede relacionarse con el estrés deportivo que los entrenadores de fútbol cargan sobre sus hombros, sobre todo a estas altura del campeonato, donde todos los resultados tienen incidencia en la tabla de posiciones.
Lo que ocurrió con Carevic pudo haber sido una consecuencia de esa alta carga de tensión de los entrenadores y que es más frecuente de lo que la gente piensa, pero muchos cuadros ocurren en entrenamientos, en la casa o en periodos de descanso y no trascienden a un ámbito público.
El doctor Willy Gálvez dijo que esos cuadros son muy frecuentes entre los técnicos.
“La experiencia y la evidencia científica demuestra que lo que le pasó es compatible con el estrés deportivo, que es una situación orgánica que se manifiesta cuando ciertos órganos no son tolerantes a una serie de circunstancias que lo pone en una situación de descarga mental y física”, explicó.
El doctor añadió que le tocó atender muchos casos con entrenadores.
“Sin dar nombres tuve técnicos con insomnio, convulsiones, pérdida de apetito, cambios en conducta. La carga es fuerte, la posición de un director técnico no es sencilla, tiene que saber manejar muchas variable que no son fáciles”, añadió.
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La sicóloga María Ester Flores expresó que conoce del caso de un portero alemán con pensamientos negativos porque la gente esperaba mucho de él.
“Cuando uno está en un trabajo ordinario, donde solo recibe un salario, el estrés ayuda como un impulsador, pero cuando además de la remuneración, se está en la mira del ojo púbico hay un gran estrés y el mecanismo de defensa revienta y los mecanismos de adaptación y de defensa se agotan y se da una explosión que se refleja en pánico, en ataques de ansiedad porque en cada partido la energía se va”, aseguró la sicóloga.
Sin embargo, la capacidad de control sobre situaciones de ese tipo depende de cada persona. En el caso del técnico nacional Hernán Medford, por ejemplo, él dice que no puede hacer nada para disminuir ese estrés.
“Yo lo boto todo en la cancha, lo positivo y lo negativo, para limpiar todo y no llevarlo a la casa. Uno vive esa adrenalina y uno se acostumbra y para mí, no hay como atenuarlo, lo que pasa es que a mi me gusta”, añadió.
Esa tensión que manejan los entrenadores, a estas alturas del torneo es tan grande que es comparable a cuando un estudiante universitario debe presentar una tesis o un examen final o un gerente debe presentar un informe presupuestario.
Así lo asegura el sociólogo Guillermo Acuña. “Cada partido es un examen que tiene que ganar sí o sí, de hecho hay declaraciones de Celso Borges quien dijo que ya no tienen margen de error porque peligra no entrar dentro de los cuatro, eso genera cuadros de ansiedad”, explicó.
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¿Qué pueden hacer los técnicos?
Los especialistas consultados recomiendan varias medidas, unas más viables que otras.
Leer un libro, hacer caminatas por senderos, con paz y tranquilidad, hacer ejercicios, oír música, son algunas sugerencias, todas realizables.
“Buscar un sicólogo. En mis años de experiencia en Saprissa y en la selección, algunos técnicos cuando la cosa se ponía pesada, hablaban con un sicólogo para descargar, eso ayuda mucho. Pero puede ser con el papá, con un amigo, con la pareja, pero el profesional es lo más aconsejable”, dijo Galvez.
Flores recomienda algo menos probable para un técnico a esta altura, pero en términos de salud, es lo apropiado.
“Irse de vacaciones, recargar en otro lado, es lo más saludable, desconectarse”.