Don Joaquín Ulloa, vecino de Cartago, ha tenido grandes aventuras con los chuzos clásicos que tiene, pero una que no olvidará es la que le pasó con su Plymouth Belvedere, año 1956, en la que algunos de los protagonistas fueron unos policías.
Lo que inició como una confusión, terminó en un taco de ojo para los oficiales, un detalle que el dueño del Chuzo de la Semana se soltó a contar.
“Algo que me pasó una vez fue es que estaba estacionado en San Rafael de Oreamuno y me rodearon varios policías, cuando les pregunté que pasaban, empezaron a hacer averiguaciones con la delegación, al final se habían equivocado, gracias a Dios porque no tengo problemas con la justicia.
“Pero disfruté de esa equivocación porque después se quedaron viendo el carro y haciéndome preguntas sobre el chuzo, su situación actual, su cilindrada, me hicieron muchas preguntas mientras lo admiraban porque es muy llamativo”, contó en medio de risas.
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Pocos cambios
Don Joaquín tiene este carrito desde hace muchos años ya que se lo compró a un amigo que también es fiebre para los clásicos y entre las cosas que nos contó que es en su exterior no le ha hecho cambios porque transporta a sus seguidores al pasado.
“Llama mucho la atención este carro, aunque tiene la pintura original y se ve un poco descarapelada, a mí me gusta que se vea así, que se le vean los años, mi intención de un clásico no es traerlo al presente, sino que él nos lleve a su época al pasado y ver los años que han pasado en él, por eso no pienso pintarlo y dejarlo así porque está presentable y me encanta su estilo vintage, que se le vean las arrugas”, explicó.
Actualmente tiene varios clásicos en su casa y confesó que este es su favorito por diversas razones.
“Tengo como unos seis años de haberlo comprado y es el tercer clásico, es el más reciente por decirlo así, aunque de momento no pienso comprar más carros, pero este lo compré porque tiene algo muy especial que es la línea que tiene un poco redondeada de la década de los 50, que para mí son los preferidos en cuanto a clásicos, para mí es el preferido en cuanto a líneas.
“En cuanto a la cabina también es un carro que es muy fácil de manejar, yo tengo otros dos clásicos y esos son más complicados de andar porque no tienen la tecnología que los carros de ahora, aunque este no tiene dirección hidráulica, estuvo como adelantado a la época, la marca se pulió con su desempeño y es muy parecido a manejar a uno de los de ahora.
“En el odómetro este carro marca 45.000 km aproximadamente, pensé que por sus 67 años ya le había dado muchas vueltas porque son muy pocos kilómetros, pero alguien me dijo que para verificar eso, tenía que ver los pedales del carro, si se ve muy desgastados es que ya tiene varias vueltas, pero los hules de este carro están como nuevos, lo que da a entender que el kilometraje corresponde a lo que dice”, finalizó.
Si le gustaría ver su chuzo en esta sección, nos puede enviar sus datos y fotos del carrito al correo electrónico redaccion@lateja.cr