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Este chuzo es un pensionado de lujo

Cuando el dueño dejó de trabajar, el carro recorrió el mismo camino

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Don Roberto Pérez tuvo un compañero que nunca le falló durante sus años como agricultor, tanto así que el día que él se pensionó, también le llegó el tiempo de descansar a su amado Ford Courier, modelo 1975.

De hecho, su yerno, don Adrián Gutiérrez, dice que el chuzo es un pensionado de lujo dentro de la familia.

Pérez usaba el carrito para jalar las legumbres a la feria del agricultor de Cartago a Zapote, pero desde hace seis años lo único que el señor hace es chinear su nave.

“No le gusta prestarlo a nadie, pero a mí me lo presta aunque me da miedo que le pase algo porque me mata”, dice sonriente Gutiérrez, encargado de hablar en la entrevista por don Adrián, quien es muy tímido y prefirió no hacerlo.

¿Quiere salir aquí?
Por favor escriba al correo kespinoza@lateja.cr, envíe foto del carro, moto o camión y un número telefónico para contactar el dueño y que su historia salga en nuestra gustada sección.
Don Roberto no quería salir ni en la foto pero el yerno lo convenció. Keyna Calderón. (Keyna Calderón)

Gutiérrez cuenta que don Roberto siempre ve La Teja, por lo que le muestra los chuzos que publicamos los domingos y saca caja al decir que su carro está mejor que algunos que han salido publicados, por lo que se dio a la tarea de escribirnos para contarnos la historia de este bonito Ford.

“El carro lo tiene mi suegro desde hace 40 años, lo compró tres años después de que salió de agencia. Le costó ¢150 mil e hizo un préstamo para pagarlo”, reveló Gutiérrez, dueño de un negocio de camisetas en la Vieja Metrópoli.

Don Adrián es miembro de la familia de Pérez desde hace 22 años, ya que está casado con Karla, una de las hijas del exagricultor.

De hecho, recuerda que siendo novio de su ahora esposa, ya el suegro usaba este chuzo para trabajar.

¿Qué cosas debo saber sobre el termostato de mi carro?
“El termostato es una pieza clave en el funcionamiento óptimo del motor, regula la temperatura y así se logra alcanzar su más alto desempeño, por eso se debe cambiar cuando se realiza alguna reparación asociada al sistema de enfriamiento o cuando presente fallas de calentamiento, lo cual ocurre cuando el termostato se queda pegado, lo cual podría provocar daños severos, por eso nunca lo elimine porque provocará mayor consumo de combustible, desgaste prematuro y bajo rendimiento del motor. Utilice cooland de alta calidad para prolongar la vida útil del termostato”, señaló el mecánico Bryan Guido ( 8603-5135).
Caben solo tres personas. Keyna Calderón. (Keyna Calderón)

“Como mi suegra era enfermera, cuando ella se pensionó mi suegro decidió dejar su trabajo también. Él dijo que iba a pensionar al carro y desde entonces solo le da chineos. Él tiene otro carro 2019, pero prefiere usar el Ford para llevar a los nietos a la escuela o hacer mandados”, recordó Gutiérrez.

Él vacila diciendo que el suegro quiere más al carro que a los nietos.

El motor es original. Keyna Calderón. (Keyna Calderón)

Entre los chineos hechos por su orgulloso dueño destacan que lo ha pintado dos veces, desarmarlo pieza por pieza y buscarle el color original de fábrica, el cual luce actualmente la nave.

Al más mínimo raspón, don Roberto no lo piensa mucho y ni saca cuentas, solo lo manda a pintar al taller.

Este chuzo tiene 40 años acompañando a don Roberto. Keyna Calderón (Keyna Calderón)

Aunque le da miedillo manejarlo, Gutiérrez no ha sufrido ningún inconveniente con el carrito, solo una vez que se le apagó, pero no era nada malo, solo una situación con los platinos (contactos eléctricos).

Como es normal con estos carros, sobra quien quiera comprarlo, sin embargo, Pérez no se deshace de él, más bien, don Adrián espera que el suegro se lo herede porque aunque hay otro yerno, a él le gustan más los carros y don Roberto lo sabe.

Gutiérrez solo ha visto otro carro como este en Cartago. Keyna Calderón. (Keyna Calderón)

Gutiérrez reconoce que lo tendría como una reliquia para mantenerlo en buen estado hasta donde sea posible.

El Ford tiene campo para tres personas, es motor de gasolina, de 1,800 centímetros cúbicos, le restauraron los frenos y el mayor dolorcillo de cabeza que le dio a don Roberto fue la batería.

“Ese carro es su orgullo y no le tiene apodo”, concluyó este yerno.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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