“Los entrenadores podemos cometer dos pecados: hacer caminar a jugadores que vuelan o pretender que vuelen solo los que pueden caminar”, dijo Marcelo Bielsa.
Curiosamente a Vladimir Quesada lo despidieron después de ganar un partido en San Carlos, el mismo rival que tan solo hace dos noches le empató al Saprissa en la Cueva.
La afición lo pidió y la dirigencia los complació. Trajeron a Wálter Centeno, a quien llaman el Rey Paté y lo recibieron con alfombra roja y coronas.
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Llegó con victorias en los primeros partidos y todo era alegría y cada frase que el técnico decía, la aplaudían.
“Mi equipo jugará buen fútbol”, aplausos.
“Saldremos jugando desde el fondo”, más aplausos.
“Le enseñaremos al país una nueva forma de jugar al fútbol”, aplausos mucho más fuertes.
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No todos los futbolistas tienen las características para salir jugando desde el fondo y los rivales también leen los partidos y entienden a qué juega cada equipo, así que decidieron presionar al Saprissa y aprovechar espacios por el centro, complicándoles en los últimos tres partidos donde los morados no han logrado ganar.
La falta de claridad en la salida y su filosofía de salir con jugadas elaboradas genera dudas y desconfianza en la zaga morada.
El fútbol es cambio constante, en un partido las circunstancias cambian a cada minuto y a veces hasta en instantes, de ahí que los técnicos debemos estar atentos a eso. La estrategia juega un papel importante, si siempre juega uno igual, para el rival es cada vez más fácil atacar las debilidades y minimizar las fortalezas. Por eso la estrategia juega un papel importante, sin necesidad de renunciar a un modelo o estilo de juego.
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El Saprissa tiene su mejor fortaleza del medio campo hacia adelante, pero con este modelo algunas veces tardan mucho para llegar a esa zona de creación y definición, dándole oportunidad al rival de que se reorganice rápidamente en bloque.
“Entendí que al futbolista no se le puede cambiar su forma de jugar”, dijo Pep Guardiola.