Johnny Alvarado fue un jugador que destacó en las décadas de los 70 y 80 como un volante ofensivo que poseía una técnica exquisita con el balón en sus pies.
Era un futbolista habilidoso al que muchos consideran un maestro en el lanzamiento de los tiros libres, incluso algunos le dicen que era mejor que Wálter Centeno; sin embargo, él no hace caso a esas comparaciones.
En su carrera vistió las camisetas del Municipal Puntarenas, Ramonense, Limón, Cartaginés, Herediano y Guanacasteca, equipos en los que anotó 74 goles en 306 partidos, también acumuló 32 partidos con la Sele, anotando 2 pepinos, según datos del estadígrafo Luis Quirós.
Incluso, jugó en el equipo de la Universidad de Kiev, en Ucrania, en donde al mismo tiempo estudió la carrera de Ingeniería Industrial.
Don Johnny, quien ahora tiene 65 años, labora para el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOP) como administrador del muelle de Puntarenas. Él nos habló sobre su vida como jugador y lo que hace actualmente.
El lunes de la semana anterior, Alvarado fue el encargado de recibir a tres costarricenses que venían de Los Ángeles, Estados Unidos, abordo de un crucero en el que laboraban y que no estaba dando el servicio por la emergencia mundial por el coronavirus. Por eso decidimos buscarlo y hablar con él.
- ¿Cómo llegó a jugar en primera?
Yo soy del puro centro de Puntarenas, con 15 años jugaba para un equipo de aquí que se llamaba Asturias. Ahí me vio una gente del Municipal Puntarenas, que es el verdadero equipo de la provincia, y con 15 años ya había debutado en primera división.
- Debutó bastante joven…
Sí, antes era más normal eso porque se fijaban en la habilidad del jugador y no tanto en su edad, por eso es que también había jugadores un poco mayores, pero con mucho talento, que eran titulares en sus equipos.
- ¿Cómo le fue en el Municipal Puntarenas?
Me fue bien, pero luego por situaciones de estudio pasé a San Ramón que en aquellas épocas de los 70 tenía un buen equipo junto a Barrio México, pero nos faltó suerte para ser campeones. Luego jugué con Heredia, ahí estaba don Orlando de León y eso me sirvió para llegar a la selección. Después estuve con Cartago en donde se presentó una oportunidad para jugar en Europa que en aquellas épocas era casi imposible para un jugador tico.
- ¿Qué pasó con esa oportunidad?
Aquí vino Rosario Central de Argentina a hacer una gira, me acuerdo que les anoté dos goles y mostraron mucho interés en mí. Entonces ellos le dijeron a la junta directiva de Cartago que querían que yo fuera a una gira a México y Europa con ellos. Lo que pasó es que Cartago les estaba pidiendo $25 mil (unos ¢14 millones) para que yo me fuera, pero era demasiada plata. Al final no fui y me di cuenta que lo que quería Rosario era venderme en Europa. Quizá me hubiera ido bien, pero al final no pasó nada.
- ¿Mientras jugaba qué estudió?
Estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad de Costa Rica, pero luego me salió una oportunidad gracias al Ministerio de Relaciones Exteriores y el Partido Vanguardia Popular para irme a la Unión Soviética a seguir con la carrera, entonces me fui para allá y ahí jugué con el equipo de la universidad.
- ¿Cómo le fue con el equipo?
Yo estaba en Kiev, que actualmente es la capital de Ucrania, me fue muy bien, el nivel era muy alto porque muchos de mis compañeros de equipo jugaban en la primera división y otros eran seleccionados.
- ¿Allá terminó la carrera?
No, allá estuve tres años y un diciembre me vine a pasear, resulta que aquí me contactó Cartago para que jugara con ellos y además en la Universidad Nacional me abrieron las puertas para terminar la carrera, ellos me reconocieron varias materias que llevé allá, así que la terminé aquí. Luego de estar con Cartago me fui a Guanacasteca y ahí me retiré a finales de los 80.
- Dicen que usted era el mejor cobrador de tiros libre, hasta mejor que Wálter Centeno…
No sé si eso será cierto, pero yo practicaba después de los entrenamientos con barreras de madera. Dios me dio esa fortaleza y sí hice varios goles así, ahora en nuestro fútbol cuesta ver goles de tiro libre.
- Usted fue seleccionado, ¿qué recuerda de esa época?
Eran épocas muy improvisadas por parte de los dirigentes, nosotros prácticamente entrenábamos en potreros en donde había que adivinar cómo iba a picar la bola, por dicha luego se vino el Mundial de Italia 90 y las cosas cambiaron un poco.
- ¿Cómo es que llega al Incop?
Luego de retirarme estuve con las divisiones menores del Municipal Puntarenas y hacía otros trabajos. En 1993 un amigo que se llamaba Franklin Suárez, quien ya murió, estaba de gerente general del Incop, él me dio la oportunidad de ingresar y aquí saque la licenciatura y maestría en Administración de Empresas.
- ¿Luego de retirarse se desligó del fútbol?
No, también dirigí en primera a San Ramón y Puntarenas, pero luego me dediqué por completo a trabajar en el Incop y aquí soy muy feliz.