Después de ocho años de estarla pulseando en Estados Unidos, Pinzo decidió venir al país. Su amigo Chepito jaló como loco a recibirlo al aeropuerto Juan Santamaría.
Cuando lo llevaba para la choza, obligatoriamente tuvieron que parar en el Estadio Nacional porque Pinzo quedó con la boca abierta. "¡Qué es aquello!" exclamó.
Y no solo fueron a ver la Joya de La Sabana, sino que los fiebres de un solo tiro compraron las entradas para ir anoche a ver la mejenga contra Jamaica.
¡Eso es una belleza, es un monumento! seguía diciendo Pinzo. Eran tantos los exagerados calificativos hacia el Estadio que Chepito lo paró en seco.
–Claro tenés razón, ese es un monumento, pero un monumento a la ineficiencia de los ticos. Tres pinches años duraron los chinos levantando esa bella obra para 35 mil personas. Si eso lo hubiéramos hecho los ticos, apenas estaríamos pegando los anuncios de pintura Sur.
¿Cuándo se duró en la ruta 37 a Caldera?, ¿Y de la nueva carretera a San Ramón, qué me dice?, ¿y de la ampliación de Río Frío a Limón? y para terminarla de hacer apenas en octubre pasado fue abierta la primera de las tres secciones, la llamada punta norte, de solo siete kilómetros, que componen el proyecto de la nueva carretera Naranjo-San Carlos, que comenzó a idearse hace 50 años y a construirse desde el 2005 esos 30 kilómetros, es decir, hace casi diecinueve años.
Y esos siete kilómetros se hiceron porque fue el pueblo, liderado por la Asociación Pro-Carretera, el que se metió de lleno en su construcción.
Pinzo esta gran incompetencia en la que nos movemos es la que hace que cada día veamos más grande el Estadio Nacional, que ayer llegó a ocho años en los que hemos visto dos clasificaciones mundialistas, grandes conciertazos y distintos espectáculos.Y como si fuera poco, en su mantenimiento los ticos no ponemos un cinco porque se financia con ese montón de actividades.