Al comenzar el torneo de Clausura 2019, la UCR arrancó el campeonato con tan solo 10 puntos en la tabla general acumulada, por lo que el equipo académico tenía todos los números comprados para irse a la segunda división dado que había quedado muy regazado de sus rivales más cercanos.
Al finalizar el Apertura, los celestes estaban diez puntos abajo de Limón FC, a 13 de Guadalupe, a 14 del Carmelita y a 15 del Santos por lo que tenían que ponerle bonito desde un inicio para recortar distancias, lo cual ha conseguido a tal punto que le metió candela a la lucha por no jalar a la Liga de Ascenso.
Entre todos los rivales a los que la UCR le recortó ventaja, el cuadro verdolaga es el que se ha visto más afectado, ya que dejó ir 12 de los 14 puntos de diferencia que tenían en solo dos meses. Actualmente los de la barriada alajuelense tienen 30 puntos y los celestes 28, por lo que se reviven los viejos temores en el cuadro carmelo cuando casi se van a la segunda.
Los carmelos sienten el peligro cerca, posiblemente sea el momento más preocupante desde aquel torneo de Verano del 2016 cuando se salvaron de manera increíble, solo que en esa ocasión ellos arrancaron con una diferencia en contra de 14 puntos y se salvaron en la última hora.
Vinicio Alvarado, el técnico del cuadro carmelo en aquel momento y actualmente gerente deportivo de la Academia Wilmer López, recordó que el llegó faltando once fechas para que terminara el torneo, igual que lo está haciendo en esta ocasión el mexicano Fernando Palomeque.
“El primer partido que vi yo estaba en las gradas porque no estaba inscrito y Santos nos metió cinco. El equipo tenía 22 fechas de no ganar, imagínese la clase de crisis en la que puede estar un equipo así. Pensé ¿en qué me metí? De hecho cuando llegué a Carmelita hice un contrato pensando que dirigiría en segunda el torneo siguiente".
A diferencia de este momento en el que los carmelos todavía tienen alternativas, en aquel año prácticamente todos daban por descendido al club de la barriada alajuelense, ya que faltaban diez fechas por disputar y estaban 14 puntos abajo, pero tuvo un repunte impresionante y el que descendió fue el Uruguay de Coronado, que tan solo necesita ganar un partido de los ocho que le restaban por disputar para salvarse, pero no lo consiguió.
“Era muy complicado que nos salváramos, nos dimos cuenta hasta el penúltimo partido contra Uruguay porque tampoco dependíamos de nosotros, sino que otros equipos no sumaran, fuimos metiendo a equipos en la danza, sobre todo a Uruguay. En ese momento vimos una posibilidad real de salvarnos, pero teníamos que ganarles.
Nosotros jugamos como cinco o seis partidos en los que no podíamos ni empatar porque nos íbamos a segunda, así que era una presión muy, muy grande y sobre todo en el último partido en el que teníamos que ganar de nuevo y esperar que Uruguay no ganara. En diez partidos hicimos veinte puntos", recordó Alvarado sobre aquella legendaria salvación.
Vinicio cree que en la UCR se puede estar viviendo una dinámica similar a la de Carmelita en el 2016, en la que fue primordial convencerse de que sí podían y fortalecerse con cada resultado positivo. No obstante, Alvarado considera que en Carmelita deben tener la tranquilidad necesaria para que no los domine el miedo.
“Ellos (UCR) tuvieron más tiempo que nosotros, reforzaron bien el equipo y tienen esa ilusión. Ellos están fuertes, Minor lo ha hecho bastante bien y están motivados y fuertes. Los triunfos fortalecen y hacen creer a todos, porque llenan a los jugadores de mucha confianza en una situación así.
“En el caso del equipo al que le recortan diferencia puede darse una especie de pánico. Siempre es importante dar un golpe rápido y puntuar de tres para que el otro equipo vea que no le será fácil, así que lo de Carmelita, Guadalupe y Limón va por ahí. La U anda bien, pero sigue siendo último y es el candidato a irse”, destacó Alvarado.
En aquel momento figuras como Carlos “Zorro” Hernández y Johnny Woodly se echaron el equipo al hombro, pero en esta ocasión les corresponde a muchachos más jóvenes llevar al equipo a buen puerto y demostrar que tienen el temple necesario que mostró aquel corajudo cuadro verdolaga del 2016, que logró alcanzar lo que parecía imposible.