El morbo en juego. La Liga eliminada de Concacaf con la necesidad de repuntar en el torneo, de volver a ganar credibilidad con su afición, crédito futbolero que llaman.
Alexandre Guimaraes requería dar un golpe, enrumbar a la Liga. Ya no basta con ser líder ni llegar a finales. La afición quiere el título y para ello, debe empezar a construir desde ya el camino. El juego era importante para ellos.
En la acera del frente, Cartaginés con Andrés Carevic, con la presión de no quedarse rezagado otra vez, de ir amarrando un puesto entre los cuatro. Llegó afuera de esos lugares y con el Puerto metido de líder, el dedo acusador señala a los brumosos como el tradicional equipo que quedará afuera.
Dos equipos grandes y tradicionales, que sin duda, vienen a menos, sobre todo los rojinegros, que eso sí, hay que decir que sacan pecho en Centroamérica, pero no más allá.
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No llegó a tanto, pero no fue malo. No obstante, el empate es dañino para ambos. La Liga no le descontó al líder Puntarenas y se quedó sin triunfo luego de la Concacaf. Cartaginés seguirá en el molote que pujan por el cuarto puesto pero apenas ganando un punto.
Con una mañana espléndida y con los ingredientes descritos, el juego pintaba para ser bonito, entretenido, intenso, apasionante.
Basta con decir que al minuto con 36 segundos ya había gol. Carlos Martínez metió un balón alto por la derecha a Alejandro Bran, quien centró con la cabeza.
Rashir Parkins fue por la bola y de forma incómoda, sobre la línea de fondo y con un defensa encima, logró poner la bola al punto de penal. Alberto Toril falló, pero Van der Putten sí la pegó y la mandó a la red.
Así inició el juego, pero Cartaginés, lejos de cruzarse de brazos, empezó a hacer lo suyo.
El juego fue dinámico, con la Liga tomando el control en ocasiones, los brumosos sacando pecho en otras.
Al minuto 7 hubo gol anulado por fuera de juego a los brumosos pero las condiciones estaban dadas, habría un juego bonito.
El empate llegó al 35, con una espléndida corrida de Kenyel Michel por la izquierda. Montado en moto, le puso un pase a Marco Ureña que remató a placer, pero el portero Washington Ortega le paró el balón, no obstante, en el rechazo, Marco la mandó a guardar.
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El cierre de la inicial, mostró a un Cartaginés con más orden y con mejor dinámica y Ureña en una pared con José Luis Quirós pudo hacer daño, pero remató muy desviado.
El complemento decayó en emociones, no en intensidad, pues los equipos metieron con todo y el fuerte calor hizo mella.
Bernal Alfaro, de tiro libre al 58, calentó las manos de Ortega y al 63, Michel sacó un centro pasado que Mauro Quiroga rescató sobre la línea de fondo y la enderezó al punto de penal. Ureña, otra vez, la pegó fuerte, pero ligeramente arriba.
La respuesta manuda fue un tímido remate de cabeza de Alberto Toril, desviado, a centro de Carlos Martínez, en momentos en que el León intentaba recuperar el control del juego.
Pero los brumosos estaban mejor parados. A cinco minutos del final, hicieron una gran jugada colectiva, que terminó con un pase de Guevara a Jesús Batiz y este al Cusuco de nuevo. Pero el pequeño volante tiró por arriba.
Un posible penal, al 90, por una clara mano de Aarón Salazar en el área manuda, puso más suspenso, pero no se determinó nada. La mano es de esas que llaman natural.
Y la Liga respondió con un cañonazo de Larry Angulo, que iba a ser un golazo, pero Kevin Briceño voló y la sacó de forma espectacular.
Allí, la Liga tomó el último aire y encerró a Cartago en los minutos finales. Pero no hubo más, el empate dejó todo como estaba, el morbo sobre ambos cuadros seguirá, pues ninguno logró sacarse de encima las dudas.