A don Wallace Cover le gustan los carros que sean para toda la vida, esos que con el paso de los años se convierten en verdaderos clásicos.
Por eso desde hace 14 años es el dueño de un Electra Buick del año 64, un chuzo americano que lo enamoró por la elegancia y por la historia que tiene.
“En su momento, estos carros se podían comprar por personas de ciertos recursos económicos, son los que se llaman autos de alta gama.
“Su primer dueño fue don Orlando Sotela, quien era dueño de una financiera, pero la pasó muy mal con su negocio durante la administración de Rodrigo Carazo (1978-1982) y falleció”, comentó este vecino de Santa Lucía de Heredia.
Wallace dice que antes de llegar a sus manos, el carrito tuvo otros dos dueños y uno de ellos era un señor de Santo Domingo de Heredia, quien le comentó que lo estaba vendiendo.
“Cuando lo vi por primera vez pensé, ‘tengo que comprarlo a como cueste’, porque era un carro clásico, bonito y lo logré”, aseguró.
Detalles únicos
El color original del vehículo era un azul marino, pero en el 2012 Wallace lo pintó azul perlado para destacar su belleza.
Es un auto de cuatro puertas, las ventanas no tienen marco y un detalle curioso que tiene es que cuando se bajan las ventanas, queda un hueco en el medio.
El “dash” es de lata, no de plástico, su motor es de 402 pulgadas cúbicas, es decir, unos 6.600 cc. Los asientos son originales, pero se les cambió la tapicería para que tuviera un tono muy similar al de la carrocería. También tiene el radio original.
Es automático, como casi todos los carros americanos, la caja de cambios tiene 3 velocidades y la reversa, cuenta con las perillas originales para bajar las ventanas y mide casi seis metros de largo.
Para toda la vida
A don Wallace este tipo de carritos le apasionan, primero por la historia que tienen y segundo porque cuesta ver modelos como el suyo.
“Es una belleza, son cosas que ya no hay, que solamente uno lo tiene, es una exclusividad, porque estos carros ya no se producen. Lo que más me gusta es que estos carros se hacían para toda la vida, en cambio, los modelos modernos tienen una vida útil y muchas veces, es más rentable la compra de repuestos que la misma venta del carro”, añadió el agente vendedor de seguros.
Este carro se usa poco en la vida diaria, más que todo, don Wallace le saca el jugo para exhibiciones de autos antiguos.
“Ha desfilado en el carnaval de fin de año un par de veces y en algunas ocasiones me lo han pedido para matrimonios, pero lo uso más para algunos paseos de los clubes de autos antiguos.
“La gente se pone como loca, porque es algo distinto, es un carro que tiene dirección hidráulica y por eso es más suave que la de cualquier carro que tenga la dirección hidráulica moderna”, expresó.
Don Wallace le heredó su pasión a sus hijos Viviana, Sebastián y Nicolás.
“Mis hijos a veces llevan el carro a las exhibiciones, desde que estaban chiquitillos han disfrutado conmigo de esta pasión y ya le tomaron el gusto a los autos antiguos”.