Pablo Valerio, de La Lima de Cartago, es el dueño del chuzo de esta semana, un volkswagen escarabajo de 1983, versión mexicana y con motor 1.600.
La nave de este profesor cuenta con freno de disco en las cuatro ruedas, suspensión ajustable y detalles en las ventanas traseras (que son burbujas y no planas).
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–¿Le tiene algún nombre?
–Este carro, por razones mecánicas, estuvo guardado dos años y medio en un taller y una amiga le puso “el Finado”.
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–¿Desde hace cuánto lo tiene?
– Desde finales del 2016. Era de un primo que lo tuvo 16 años, yo se lo ‘pulsié’ cuatro años para que me lo vendiera hasta que un día me dijo que sí.
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–¿Qué arreglos le han hecho?
–En el 2017 hubo que hacer la conversión de cambio de frenos porque tenía hidráulicos y hubo que pasarlo a frenos de cable por razones de Riteve.
“Al motor hubo que hacerle algunos trabajos porque me lo desarmaron en un taller y me le cambiaron piezas, hubo que conseguir otras y armarlo de nuevo”, cuenta Pablo.
Calcula que ha invertido más de ¢2 millones entre talleres, piezas que le robaron y hubo que reponer más grúas para poder volverlo a la vida.
Tan económico no es, pero se puede mantener. De marchamo paga ¢80 mil.
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–¿Lo chinea mucho?
–Sí, porque me gusta y lo disfruto mucho. Tengo otro carro más moderno, pero prefiero andar mil veces en el vochito aunque sea con dirección hidraúlica, no tenga aire acondicionado y sea más pequeñito.
–¿Lo usa a diario?
– Generalmente lo uso sólo fines de semana, pero cuando tengo oportunidad o tengo libre me gusta sacarlo para ir a darle una vueltita para aprovecharlo. Con él voy a Pérez Zeledón porque soy de allá.
¿Qué cuidados debo tener con el alternador de mi carro? |
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“Es importante revisar bien el cableado y todas sus conexiones eléctricas, incluyendo ,los de la batería para evitar falsos contactos y cortocircuitos que pueden provocar fuego. Nunca desconecte la batería del vehículo cuando el motor esté encendido, ya que esto daña los componentes del alternador y, si va a realizar alguna adaptación eléctrica al carro, consulte con el técnico automotriz antes de hacerlo”, explicó el mecánico Bryan Guido (8603-5135). |
–Si le ofrecieran comprarlo, ¿lo vendería?
– He recibido ofertas, me lo han querido comprar y en algún momento lo tuve a la venta, pero luego desistí.
Mi jefa me dijo que me lo quería comprar, yo le dije que no, que mejor le conseguía uno a ella, pero que éste no, más con lo que costó que me lo vendiera mi primo.
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–¿Alguna anécdota que recuerde en este chuzo?
–Una vez me fui a pasear con una muchacha y ese día se le ocurrió fallar, duramos un montón en un trayecto corto y la muchacha estaba muy preocupada pensando que se iba a tener que ir en bus o en un taxi. Al final llegamos al destino.
–¿Por qué lo considera un chuzo?
– Porque es un carro con mucha trayectoria, el 22 de junio los escarabajos cumplieron 82 años de existencia y han demostrado que son vehículos muy fuertes, fueron hechos para durar.
En un principio fueron el vehículo del pueblo.
El sentimiento de hacerme de este tipo de carros nace porque cuando estábamos pequeños mi papá tenía una microbús 1965 Split, o vidrio partido, y con el crecer me fui empapando de la marca, me gustó mucho.
Este es el séptimo escarabajo que tengo, he tenido microbuses y otros de la misma marca.
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–¿Y ese tatuaje que tiene en su brazo?
–Es una microbús de 1965, como la que tuvo mi papá. Es muy emblemática, es mi sueño porque siempre he querido una pero son muy caras, hay que invertirles mucho dinero.
Si me pego la lotería podría comprarme una.