El partido entre Puntarenas y Guanacasteca de este miércoles tuvo dos vergonzosos incidentes que hasta obligó a suspender el partido, en dos ocasiones, por orden del árbitro Adrián Chinchilla.
A los 35 minutos, el réferi paró el juego por los insultos homofóbicos que salían desde las gradas del estadio Lito Pérez cada vez que el portero mexicano de Guanacasteca, Antonio Torres, hacía un saque de puerta. Como si fuera en México, los aficionados le gritaba al azteca “eeeee puuuuutttt....”.
En dos ocasiones en los altoparlantes del estadio le pidieron a los fiebres que dejaran de hacerlo, pero continuaron, por lo que en la tercera ocasión el silbatero aplicó el reglamento, que dice que en estos casos se suspende el partido por cinco minutos.
A los 40, se reanudó el juego con la advertencia que si sucede una vez más, el partido se detendrá de nuevo, pero para desalojar a todos los aficionados y continuar el encuentro sin público.
En México, la Federación Mexicana de Fútbol ha tenido serios problemas y multas por parte de FIFA por repetir este tipo de cosas en duelos de su selección.
Según Tigo Sports, es la primera vez que un partido se debe suspender por incidentes racistas u homofóbicos desde el 2019, cuando un San Carlos Limón vivió la misma situación.
Como si eso no fuera lo suficientemente lamentable, al minuto 55, del segundo tiempo, se tuvo que volver a parar por insultos racistas contra el jugador Steven Williams.
Después de eso se quiso armar una bronca dentro del terreno de juego y el partido, hasta el momento está suspendido y no se sabe si se va a poder reanudar o no.