Marco Quesada es el tatuador de los futbolistas, o de muchos, al menos, que aprecian el buen trabajo que realiza.
David Guzmán fue el último que le encomendó un trabajo al joven, quien tiene su puesto en Heredia, una tienda que se llama Get Colors, al costado oeste del BCR.
Quesada hace trabajos en la actualidad en Costa Rica, California, en Estados Unidos, pero también ha dejado su arte en Londres, Inglaterra.
Quesada tiene 16 años de experiencia y emplea diversas técnicas para dar los acabados más chivas posibles y que la clientela se sienta a gusto.
Dijo que en diversas oportunidades lo han buscado futbolistas, que ven un trabajo en alguno de los compañeros, preguntan y llegan donde él. Así le ha ocurrido varias veces.
Dice que en la última oleada fue por Manfred Ugalde, quien hizo algunos trabajos antes de irse y Wálter Cortés, quien hoy está en Sporting.
Rey de Copas
David Guzmán llegó este lunes a hacerse un tatuaje muy singular. Quería impregnar en la piel las once copas que ha ganado con el Deportivo Saprissa, pero se dejó campo por si llega a ganar la doce, la trece y hasta donde le dé.
“Se tatuó las copas que ha ganado solamente en Costa Rica, son once copas y dice que está a una de alcanzar a Edgar Marín, el más ganador”, manifestó Quesada, quien fue contactado por La Teja.
“La expectativa es dejar espacio para añadir otras, ojalá termine el año con una más. En el fondo sale él y el número 8, que es el que usa. Además, tiene una pequeña ilustración de la silueta de él, levantando la copa y abajo los años en que ha ganado los títulos. Es mucho detalle”, expresó.
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Quesada dijo que el tatuaje es muy elaborado para el tamaño que tiene, que cuenta con detalles de realismo y que para hacerlos utilizó la técnica del puntillismo.
“La gama de detalles que tiene no son fáciles de desarrollar, hay piezas pequeñas, pero muy elaboradas”, afirmó.
La idea
A diferencia de otros jugadores, Guzmán tenía el concepto prácticamente listo. Marco contó que cuando llegó David, le enseñó la idea y que ya tenía en la mente lo que quería hacer. Ya le había hecho trabajos anteriores.
“David es muy puntual con las ideas que tiene, con lo que le gustaría llevar a cabo y me otorgó el cien por ciento de todo. Tenía la noción clara, me parece que antes de comentarme a mí ya traía una base para la pieza. Lo que sí hice fue recomendarle la técnica del puntillismo”, expresó.
Para hacer el tatuaje, Marco se tardó de la 1 de la tarde a las 7 de la noche pero con tiempos blancos, como el almuerzo y algún descanso.
“Tardó un poquito más del promedio por la gama de detalle, y por la técnica, no tiene rellenos, es más artesanal, se hace punto a punto, por eso las degradaciones”, manifestó.
La temporada
No es extraño que los jugadores empiecen a mostrar tatuajes nuevos por estas épocas.
El tiempo que deben sacar es un factor para que busquen los periodos de vacaciones o cuando inicia la pretemporada, para poder estar más tranquilos.
Marco nos contó que este miércoles llega Orlando Sinclair y el viernes tendrá a otro jugador de Saprissa.
“En estas épocas es normal verlos, que vengan o me contacten, de muchos equipos, no solo de Saprissa, pero particularmente con los de Saprissa, es normal que se enteren por los mismos compañeros de ellos”, manifestó.
La comodidad
Para el tatuador, un buen trabajo inicia en el momento en que el cliente se siente cómodo, en todo sentido. Por eso, él saca todo un día para hacerle arte a una persona.
“Yo saco todo el día porque una parte importante es la comodidad, eso marca que se mantenga más tiempo y no esté molesto. Por ejemplo, con David sacamos tiempo para almorzar, nos tomamos esas chances para que no sea tan fuerte, por la cantidad de detalles”, explicó.
Guzmán se mostró emocionado con el resultado final, pues cada copa tatuada representa un esfuerzo y un logro con el equipo de sus amores. “Muchas gracias, mi hermano, encantado del excelente trabajo, muy fino”, puso el futbolista en sus redes.