La jalada de aire que Horacio Esquivel le dio a sus jugadores, luego del partido ante Alajuelense, surtió el efecto que el técnico pampero esperaba, dado que despúes de eso su equipo sumó seis puntos vitales.
Hay que recordar que el 24 de marzo, tras caer 2-0 en el Morera Soto, sin pelos en la lengua, el entrenador verdolaga usó una metáfora muy recordada por muchos para decir que algunos de sus jugadores entraron dormidos al segundo tiempo.
“La inoperancia de algunos, voy a decir una palabra tal vez no muy común, algunos muchachos se quedan comiéndose los mocos en algunas jugadas. No puede ser posible que por una distracción de marca se nos caiga todo, fueron ocho minutos en los que estuvimos muy mal.
“No sé si es que se les olvida que están jugando contra un equipo grande y estas distracciones te las cobran caro”, dijo aquella vez.
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Es claro que dichas palabras retumbaron en sus jugadores, quienes en los partidos ante Herediano y Pérez Zeledón mostraron otra actitud para sacar dos buenas victorias.
“Si usted mira, cuando yo hablo no digo nombres, apechugamos todos, el primero que se come los mocos soy yo, porque si el equipo pierde, soy yo el responsable. Mi objetivo en los equipos que voy es que sean maduros mentalmente, que no sean de cristal.
“No voy a ofenderlos, ustedes me han escuchado acá decir que soy el papá, el amigo, el consejero y, por último, el técnico. Quizás cuando le digo que se comen los mocos, estoy actuando como padre y ellos me entienden muy bien, porque lo toman del lado que un padre se expresa a un hijo”, explicó.
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Para Esquivel, en el momento que está el equipo deben ser maduros mentalmente y de ahí parte que se esté sacando el objetivo que tienen de mantener el equipo en la primera división.
“Ellos han entendido que Horacio les dice las cosas de frente, con sinceridad, pero nunca por una persona externa a ellos. Ellos han entendido cómo soy, siempre les doy disciplina con rigor, pero con mucho amor”, agregó.