Dos semanas antes del inicio de unos Juegos Olímpicos muy diferentes a todos los anteriores, en Tokio anunciaron que se celebrarán sin público en los estadios y bajo estado de emergencia.
La razón es el repunte de casos de covid-19, que ya dejó más de cuatro millones de muertes en el mundo.
“No habrá espectadores” en las instalaciones de las Olímpiadas de Tokio (23 julio-8 agosto) debido a un aumento de casos de coronavirus en la capital japonesa, anunció este jueves la ministra de los Juegos Olímpicos, Tamayo Marukawa al final de una reunión con el comité de organización y representantes del Comité Olímpico Internacional (COI).
Por su lado el primer ministro japones, Yoshihide Suga anunció: “vamos a declarar el estado de emergencia en Tokio” que estará vgente durante los Juegos.
Esta medida fue justificada por las autoridades por el continuo aumento de infecciones de coronavirus en la capital, concretamente de la variante delta, más contagiosa que las anteriores y tiene en alerta a todo el mundo.
Los Juegos de Tokio, que fueron aplazados el año pasado por la pandemia, reunirán a unos 11.000 deportistas de 200 países.
También en el plano deportivo, los Juegos del Sudeste Asiático previstos para noviembre en Vietnam fueron aplazados a 2022, afirmó Varin Tansuphasiri, miembro tailandés del Consejo de los Juegos.
Dolorosa cifra
La variante delta, identificada por primera vez en India, está causando una aceleración de la pandemia.
Además, el número de contagios supera los 185 millones, según los balances oficiales que, en opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden ser muchos más.
El promedio diario de muertes en la última semana fue de 7.870 y sigue retrocediendo poco a poco. La cifra de fallecidos está lejos de los 13.700 por día registrados a finales de abril y principios de mayo.
Sin embargo, las nuevas infecciones crecen después de casi dos meses de descenso por los repuntes en países como Reino Unido, Indonesia y Rusia, castigados de lleno por la variante delta.
En el hospital Mariinskaia de la ciudad rusa de San Petersburgo, la “zona roja” destinada a pacientes covid tiene casi todas sus 760 camas ocupadas. En apenas media hora en cuidados intensivos, los cuerpos de dos pacientes fueron retirados en bolsas negras.
Pero "afortunadamente, la mayoría de los pacientes se salvan", dice el jefe del servicio, Pavel Ermakov.
En Indonesia, con su sistema de salud desbordado, muchos ciudadanos acuden a la ivermectina, un tratamiento antiparasitario publicitado por algunas personalidades como remedio ante el covid a pesar de las recomendaciones oficiales contra este producto.
“Ya no tenemos (ivermectina) porque muchos clientes han venido a comprarla”, afirmó Yoyon, responsable de una asociación profesional de farmacéuticos de Yakarta que, como muchos indonesios, tiene un solo nombre.
La situación sanitaria también se agrava en Africa, continente que "acaba de vivir la semana más desastrosa de la historia de las pandemias (...) Pero lo peor está por venir, pues la tercera ola no cesa de expandirse de manera acelerada y gana terreno", declaró Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para Africa.
Vacunas en el Titicaca
La llegada de la variante delta está haciendo reconsiderar el levantamiento de restricciones aplicado en la Unión Europea gracias al avance de la vacunación.
Francia recomendó a sus ciudadanos no viajar en el verano a Portugal y a España, donde esta cepa está disparando los contagios entre la población joven no vacunada.
En América Latina y el Caribe, la región del mundo con más muertes por el virus --con casi 1,3 millones-- siguen los esfuerzos para acelerar la inmunización.
Navegando en pequeñas lanchas por el lago Titicaca, funcionarios peruanos están haciendo llegar vacunas chinas Sinopharm a cientos de indígenas que viven en las islas flotantes .
Según el recuento actual, 43 de cada 100 personas en el mundo han recibido al menos una dosis anticovid, pero existen fuertes disparidades entre continentes como África (3,84) o Europa (71).