EscucharCosta Rica derrotó este domingo a Granada, 3 a 0, en condición de visitante y es líder en la pentagonal B del grupo eliminatorio mundialista, con seis puntos en dos partidos y con un equipo extremadamente joven, para gusto de quienes pedían el cambio generacional.
Costa Rica ha tomado el camino que esperábamos, el del crecimiento, el de mostrarse mejor en cada partido, el del equipo que a punta de chiquillos le está dando una identidad al fútbol nacional. La Sele no es un dechado de virtudes aún, pero va bien.
Cierto, los rivales no son potencias mundiales, aunque Granada es más equipo que San Cristóbal y Nieves, pero es que en otros procesos nos hemos visto mal en el Caribe, con jugadores hechos y derechos que sacaban resultados raquíticos y partidos que daban sueño.
Ahora nos gusta ver la picardía y el atrevimiento de Josimar Alcócer por la derecha, la madurez con la que juega Orlando Galo en el medio campo, el liderazgo que empieza a ejercer Manfred Ugalde, la personalidad de Jeyland Michtell, puros chiquillos. ¡Qué bueno!
Francisco Calvo y Julio Cascante son los más viejos del once titular y tampoco desentonaron. Son jugadores con ganas, que lo dan todo. En esa mezcla de juventud y experiencia está el éxito.
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Se cometen errores, sí. En zona defensiva falta cohesión y en el medio campo un poco más de dinámica, que la hay, pero va de la mano con la confianza y con eso que llaman “formar equipo”. Es cuestión de unos partidos más.
Costa Rica abrió la cuenta con una jugada a puro fútbol. Alcócer, quien es de esos jugadores que solo para adelante quieren ir, como nos encanta, agarró la bola en medio campo, por la derecha, enfrentó dos marcas, haciendo la diagonal hacia adentro y limpiando el camino y pasó el balón, buscando el apoyo.
Orlando Galo recibió el balón y se la dio a Brandon Aguilera. El Bebote, con buen panorama, observó a Ugalde que corría al espacio y allí le puso la bola, con la fuerza idónea para que el portero no llegara en el achique y para que el delantero pudiera controlar y definir. Un golazo a los ocho minutos.
A partir de ahí, el equipo de Gustavo Alfaro ganó en confianza y se apoderó de las acciones y Manfred casi clava el segundo a los 21 minutos, luego de un pase de Mitchell a Galo, quien ganó la línea de fondo por la derecha y observó la llegada de Manfred. El delantero definió bien, pero la bola pegó en un defensa.
Por supuesto, de visita en el Caribe, casi por regla de tres, se debe sufrir. Y Costa Rica tuvo esa angustia en un par de minutos, del 23 al 24, donde casi empatan en dos acciones. Primero, con un remate de Keishon Clarke que pasó rozando el vertical de mano derecha de Patrick Sequeira.
Luego, Jermaine Francis desbordó por la izquierda, sacó un remate centro que pasó al frente del marco de Sequeira y Daruis Johson no pudo cerrar cuando estaba debajo del marco.
Pero Costa Rica era mejor y puso las cosas en su lugar con el segundo gol. Manfred pivoteó de espaldas a marco con un pase de cabeza a Álvaro Zamora. El exmorado enfrentó a un defensa y sacó un remate cruzado que se desvió en el zaguero y se metió al fondo de las redes.
Galo, de cabeza, casi pone el tercero al cierre de la inicial.
En el complemento, Costa Rica cambió su postura, vivió de la renta, defendió. Y eso también es importante en este proceso, pues es necesario ver el comportamiento de los muchachos en esa faceta. Y fue bueno. Sobre todo que era ante un equipo muy físico.
Pese a que se metió atrás, realmente el portero Sequeira no tuvo gran trabajo y vimos a una Costa Rica apostando al contragolpe.
Gerarld Taylor tuvo una oportunidad inmejorable de poner el tercero, pero tomó una mala decisión. El hombre arrancó desde media cancha, se llevó a su marcador y nunca dio el balón a Alcócer ,quien lo acompañaba solo por el otro sector. El lateral al final fue bien controlado por un defensa y la jugada terminó en córner.
Álvaro Zamora y Manfred Ugalde, al 69, le enseñaron a Taylor qué debió hacer. En una jugada por la izquierda, Zamora quedó con buena posición de ataque frente al área rival y en vez de enfrentar al defensa, se la dio a Ugalde, solo por el centro. El 9 recibió el balón y ante la salida del portero se la dio a Taylor, quien recibió, se acomodó el balón y remató a marco para el tercero.
Ese tercer gol fue lapidario para el partido. Costa Rica no cambió su postura, pero metió a hombres rápidos como Kenneth Vargas para seguir apostando por más contragolpes. Granada no tenía cómo hacernos daño y la Sele sacó tres puntos de una visita que en el papel parecía más complicada de lo que fue.
Ahora, lo que sí será complicado es Brasil, próximo rival en la Copa América. Allí veremos qué sucede con el kínder de Alfaro.
