Un hermoso Honda Civic, del año 2006, se luce por las calles de Cartago centro derrochando elegancia.
El carro pertenece a Juan Carlos Cedeño, un brumoso de 35 años, quien tomó una decisión cuando su hermano David Cedeño falleció de forma repentina por un paro cardíaco.
Ambos son fiebres de los autos y, con su partida al cielo, quedaron dos vehículos en la casa, el Toyota Yaris de Juan Carlos y el Honda Civic de David.
Había que tomar unos decisión pues solo un auto debía quedar en el hogar.
Unos días antes del fallecimiento, hace tres años, ambos hermanos tuvieron una conversación clave, qué incidió en la decisión.
Cuando Juan Carlos le preguntó a David por qué no vendía el carro, su hermano dijo: “Porque es el carro de mis sueños”.
Con esa respuesta y ante el repentino fallecimiento, Juan Carlos vendió su Yaris y adoptó el Honda como propio, a manera de tributo para su hermano y empezó a modificarlo.
“Usted entenderá que tiene mucha carga emocional para mí. Me han ofrecido dos veces comprarlo, pero no lo vendo, lo voy a tener todo el tiempo que pueda”, manifestó Cedeño.
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Juan Carlos le puso butacas, cinturones Takata, relojes de presión, tacómetro, aros 17x9, roncador n1, cola de tiburón, entre otros elementos.
Dice que él siempre fue un fiebre de los carros, pero no tenía ninguna marca específica hasta que se hizo del Honda de su hermano.
“Estoy encantado con los Honda, por ahora es mi marca”, añadió Cedeño.
Juan Carlos usa el carro para todo, para pasear, hacer mandados e ir al trabajo, pero también lo exhibe en ferias y ese es uno de sus mayores gustos.
“Esa es la emoción de uno, es lo que a uno lo llama para meterle más cosas, hacerle algo bonito. El carro llama la atención de niños, adultos y piden sacarse fotos. Es una felicidad”, comentó.
La única persona que maneja el carro es Juan Carlos, pero su pequeña hija de 7 años es la heredera. A la niña le llama la atención y es una Invitada de lujo en las ferias, a las que ha ido en algunas ocasiones.
Pero lo más importante es el sentimiento que para él representa el Honda y por eso lo muestra con orgullo.
Cedeño pertenece al club Octava Civic, donde hay gente que exhibe sus autos. Él está feliz de mostrar el chuzo a nombre de David.